Mendoza, de de

Argentina Visita

Sturzenegger visitó Mendoza, esquivó el reclamo de Cornejo y solo cosechó "felicitaciones"

Pese a los fuertes planteos del Gobierno provincial y del sector vitivinícola sobre el riesgo de "perder trazabilidad", el funcionario nacional optó por el silencio estratégico, asegurando que se llevó "bastantes felicitaciones" de los productores.

Viernes, 14 de Noviembre de 2025

El lobby vitivinícola mendocino se topó con un muro de contención en el corazón de la Ciudad. Federico Sturzenegger, el ministro de Desregulación del presidente Javier Milei, arribó a Cuyo para abordar las fuertes modificaciones impulsadas en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). 

La troupe del funcionario llegó con la misión de justificar la derogación de 973 normativas del organismo, una movida audaz cuyo objetivo declarado es liquidar la burocracia y concentrar la fiscalización exclusivamente en el producto embotellado final, dejando de lado el control exhaustivo de la cosecha, elaboración y traslado de la materia prima.

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El cónclave se desarrolló en la sede del INV en calle San Martín y contó con la presencia de figuras clave del poder cuyano, incluyendo a la vicegobernadora, Hebe Casado, y el ministro de Producción local, Rodolfo Vargas Arizu, además de representantes del rubro y de la provincia de San Juan, como su ministro de la Producción, Gustavo Fernández. Sin embargo, la reunión, que prometía ser un espacio de debate caliente, terminó dejando un gusto amargo en el paladar de los referentes locales. Aunque Sturzenegger escuchó los planteos del Gobierno y de las entidades del sector, su respuesta fue un sonoro "silenzio stampa" ante las peticiones centrales.

La principal exigencia que la administración de Cornejo y el establishment del vino buscaban reincorporar era la obligatoriedad del conocido Certificado de Ingreso de Uva (CIU), además de disposiciones sobre el tenor azucarino. Para la provincia, la ausencia de estas herramientas regulatorias clave podría significar un riesgo de "perder trazabilidad" en el proceso de elaboración de la bebida nacional, un temor que la comitiva de la Casa Rosada pareció desestimar con total frialdad.

A pesar de la falta de definiciones concretas que calmaran las aguas, el ministro se mostró optimista ante la prensa. Aseguró que su paso por Mendoza fue solo para "escuchar" las inquietudes de los "actores del sistema". Con un tono conciliador, Sturzenegger prometió: "Nos llevamos las inquietudes... Sin definiciones, pero sí con el compromiso de seguir revisando" la normativa. El funcionario incluso posó con decenas de las hojas de la "vieja" regulación, como un gesto simbólico de la tarea de "limpieza" que se está llevando a cabo en el Estado.

El político concluyó su visita con una declaración que resonó a triunfo personal en la cúpula nacional. En una maniobra de marketing político, Sturzenegger afirmó que el feedback había sido abrumadoramente positivo por parte de los empresarios. "Todo el mundo estaba de acuerdo en el 98% de lo que hemos hecho. La verdad que nos llevamos bastantes felicitaciones de los productores en ese sentido", sentenció, dejando en el aire la duda sobre la suerte de las dos regulaciones clave y confirmando que la "desregulación es un cuerpo vivo" que seguirá en "proceso de revisión permanente".