Se va el 2021 y comienza el tiempo de balance. El fútbol mendocino vivió una temporada con altibajos, con pocas alegrías y mucha preocupación por la violencia y los incidentes.

Godoy Cruz arrancaba el año con una nueva esperanza. El regreso de Sebastián Méndez ilusionaba al equipo tombino, que afrontaba un año sin descensos pero los puntos sumaban para el promedio. La participación en la Copa de la Liga no deparó el mejor resultado: sumó 15 puntos producto de 4 victorias, 3 empates y 6 derrotas. Terminó décimo en la Zona A, sin chances de avanzar.

En el Torneo de Primera División tuvo un arranque prometedor con dos victorias consecutivas pero rápidamente igualó el promedio. En la quinta fecha le ganó al futuro campeón, River Plate, pero luego encadenó cuatro partidos sin victorias que provocaron el alejamiento del Gallego y la llegada de Diego Flores. Se trataba de una nueva apuesta del Tomba porque era un técnico sin experiencia cuyo curriculum solo se engrosaba por haber trabajado con Marcelo Bielsa.

El arribo del "Traductor" fue auspicioso, logró dos goleadas consecutivas en el Torneo y eliminó a Racing de la Copa Argentina. Pero después volvería a la intrascendencia. Aunque logró llegar a la semifinal de la Copa al superar a Tigre, cayó en esa instancia con Talleres y los resultados en Torneo lo dejarían fuera de las copas y con un promedio preocupante.

En la Primera Nacional, el año arrancó con el ascenso del Deportivo Maipú. Tras la normalización de los campeonatos post pandemia, el Federal A disputó un mini torneo reducido y el Cruzado llegó a la final por el segundo ascenso.

Ya en la segunda categoría, al equipo botellero le costó hacer pie y cambió de técnico en dos ocasiones. Primero se fue Luciano Theiler, resonsable del ascenso. Cristian Campagnani lo sucedió realizando una campaña aceptable y luego se fue para ser reemplazado por Mauricio Magistretti. El Cruzado terminó con 10 victorias, 6 empates, 16 derrotas, 27 goles a favor y 38 en contra.

Gimnasia y Esgrima tuvo un arranque para entusiasmarse. El conjunto de Diego Pozo tuvo una primera rueda prometedora pero se fue quedando en la segunda rueda. El plantel quedó corto, no hubo una buena incorporación de refuerzos en el mercado intermedio y terminó lejos de los puestos del reducido, consiguiendo angustiosamente el pase a la Copa Argentina. El Lobo finalizó con 11 victorias, 11 empates, 10 derrotas, 34 goles a favor y 35 en contra.

El Lobo fue víctima de sus propios hinchas. Durante el encuentro con Almirante Brown, un grupo de inadaptados ingresó en el vestuario en el entretiempo y agredió a los jugadores, en el más grave de los incidentes protagonizados por hinchas de Gimnasia durante el torneo.

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Independiente Rivadavia quedó en las puertas de la ilusión. El equipo azul realizó una buena campaña y entró en el reducido por el segundo ascenso. En esa instancia cayó en cuartos de final con Almirante Brown. La Lepra terminó tercero en la Zona B, con 14 victorias, 14 empates, 6 derrotas, 47 goles a favor y 39 en contra.

La institución azul no estuvo ajena a la violencia. Al regresar de un encuentro en Rafaela, el micro del plantel fue detenido por hinchas que quisieron agredir a dirigentes y jugadores.

En los torneos Federal A y Regional Mendoza fue noticia por la violencia. Huracán Las Heras estaba realizando una pobre campaña, pero lo peor llegaría de los alrededores. En la última fecha de la fase regular, el Globo recibía a Ferro de General Pico cuando un enfrentamiento a balazo entre dos facciones de la barra brava terminó en el interior del estadio dejando al DT visitante herido. El Globo recibió una dura sanción económica y en puntos, que le complicará la permanencia el próximo año.

El Atlético San Martín pasó por una situación similar. En el encuentro de vuelta de la segunda fase, ante El Porvenir de San Rafael en el Sur provincial, dos facciones de la barra del Chacarero se trenzaron a tiros con el saldo de un herido. El Consejo Federal le dio el partido perdido a los dos y los eliminó de la competencia.

La Liga Mendocina logró sortear los avatares sanitarios para la disputa de dos torneos. El Transitorio fue obtenido por Gutiérrez Sport Club y el Anual quedó para Andes Talleres. Centro Deportivo Rivadavia y Leonardo Murialdo lograron el ascenso desde la Primera B.

Las notas de violencia en los partidos de la Liga fueron moneda común y casi no dejaron a club indemne. Aprietes a rivales, robos, agresiones, enfrentamientos y peleas entre jugadores fueron "normales" cada fecha. El año cerró con la salvaje agresión de chicos de cuarta división a un árbitro.

Queda mucho por mejorar pero sobre todo, queda mucho por solucionar para la próxima temporada. El fútbol mendocino no lo merece.