Mendoza, de de

Mundo Europa

Tensión en Montenegro por una ley que expropia a la Iglesia serbia

Los grupos religiosos que no puedan demostrar una evidencia de propiedad corren el riesgo de perder algunas de sus pertenencias, lo que ha desatado la furia de los fieles de la Iglesia serbia e incluso ha destapado viejas tensiones nacionalistas. 

Viernes, 21 de Febrero de 2020
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En Montenegro resuenan cánticos religiosos. Este país de los Balcanes, que se independizó de Serbia en 2006, vuelve a destapar viejas tensiones. Una ley de Libertad Religiosa aprobada por el Parlamento de Podgorica a finales de diciembre, ha desatado la polémica. El Gobierno reclama a la Iglesia ortodoxa serbia una serie de bienes, una decisión que sus fieles no han visto con buenos ojos, que no quieren que se "regalen" sus lugares sagrados. Pero el Gobierno de Montenegro explica que hace 100 años estos sitios religiosos eran propiedad del Estado. Con la nueva ley, los grupos religiosos que no puedan demostrar una evidencia de propiedad corren el riesgo de perder algunas de sus pertenencias.

    Montenegro tiene una población de alrededor de 600.000 habitantes, de los cuales un 70% son ortodoxos, la gran mayoría seguidores de la Iglesia serbia. Sin embargo, una minoría sigue la rama de la Iglesia montenegrina, no reconocida oficialmente por la mayoría de iglesias ortodoxas.

Para muchos, esta nueva ley no es solo religiosa, sino que también toca de lleno aspectos relacionados con la identidad serbia. "Los serbios saben lo que es el sufrimiento. Pero nunca antes sentimos tanta vergüenza y traición como en este momento, debido a la nueva ley. Te lo prometo, mi tumba será una tumba serbia", cuenta Veselin Ljesnak, participante en las protestas de Bijelo Polje, en el norte del país.

Una protesta religiosa con tintes políticos

A pocos meses de los comicios, en el aire se respira una mezcla de religión con política. Los grupos radicales han aprovechado la coyuntura para ocupar el debate y jóvenes como Radovan Rakocevic, aprovechan la coyuntura para expandir su mensaje. Este joven, apasionado del club de fútbol Estrella Roja de Belgrado, es miembro de un partido político que lucha por la unión de Serbia y Montenegro. "Estoy en las redes sociales. Chateo con mis amigos y con gente que conozco. Les llamo por teléfono para invitarles a participar en nuestras protestas", cuenta Rakocevic.

La policía sigue de cerca las actividades de Radovan y sus amigos más radicales. Sobre todo por haber transformado una protesta religiosa en una cuestión política de identidad serbia. "Me siento bendecido, es imposible expresar con palabras lo que siento. Tienes que caminar con nuestro pueblo para sentir la fuerza de la unidad".

Radovan es el fundador de la rama local de la sociedad San Sava. En el siglo XIX, esta organización con sede en Belgrado luchó por la llamada "identidad serbia" en toda la región, vinculando los sentimientos religiosos con los intentos políticos de crear una "Gran Serbia". Un tema que suscita muchas tensiones y despierta algunos fantasmas del pasado.

Los sacerdotes de la Iglesia serbia, por su parte, defienden que seguirán apoyando las protestas. "Por supuesto que seguiremos protestando si la ley no se cancela o al menos si no modifica los puntos que tienen que ver con nuestra Iglesia", cuenta el sacerdote Darko.

Dos Iglesias enfrentadas

La ciudad de Cetiña, antigua capital del Reino de Montenegro, acoge el famoso monasterio de Cetiña, reclamado por dos iglesias ortodoxas rivales. En la actualidad es la sede oficial de la Iglesia Ortodoxa Serbia, a pesar de que los montenegrinos quieren recuperar el edificio.

El arzobispo metropolita Mihailo nos invita a su casa. Tanto él como su iglesia (la montenegrina) no son reconocidos. En 1920 la Iglesia Ortodoxa Serbia absorbió a los vecinos montenegrinos.

"Se envía mucho dinero desde fuera del país para que en Montenegro sea posible llevar a cabo esas marchas de protesta. Los serbios que viven en Serbia tienen contactos con los serbios que viven en Montenegro y quieren recuperar Montenegro y también controlar la iglesia ortodoxa en el país, como lo hicieron en 1920", explica Mihailo.

"Quieren desestabilizar Montenegro"

La nueva ley invita a que las comunidades religiosas registren sus propiedades. El Estado reclama la propiedad de los sitios de patrimonio cultural, como las Iglesias, pero permite que los fieles sigan usándolas. Un enfoque que la Iglesia Ortodoxa Serbia, no comparte.

"La libertad religiosa está en peligro. Así como los derechos de propiedad de nuestra Iglesia. También nuestros lugares sagrados y nuestro estatus jurídico. No queremos perder los derechos que hemos adquirido durante 800 años y que hasta ahora no se han tocado. Creemos que la entrada en vigor del artículo 62 de esta nueva ley signfica que nuestros bienes eclesiásticos serán confiscados, y pasarán a manos del Estado", se lamenta el obispo serbio Joanikije de la diócesis de Budimlja, en el este del país.

En diciembre de 2019, fuerzas de oposición proserbias trataron de interrumpir la votación de esta controvertida ley. El incidente en el Parlamento de Montenegro desencadenó la intervención de las fuerzas de seguridad que emplearon máscaras de gas. En total, 18 diputados opositores proserbios pertenecientes al Frente Democrático fueron detenidos.

El Ministro a cargo de la nueva ley nos espera en Podgorica. Le preguntamos si tiene miedo a que fuerzas externas al país desestabilicen Montenegro.

"Cada vez es más común escuchar en las protestas eslóganes del tipo: Serbia, Kósovo, Serbia, Kósovo. El objetivo está claro. Quieren desestabilizar Montenegro y poner en duda su legitimidad como país. Rusia y Serbia se opusieron a nuestra independencia y a la entrada de Montenegro en la OTAN. Su lucha por desestabilizar el país continúa y por defender que este país no puede existir. Están manipulando los sentimientos religiosos de la población. Nosotros no estamos quitándole la Iglesia a alguien para luego dársela a otra persona", afirma Mehmed Zenka, ministro de Derechos Humanos del Gobierno de Montenegro.

Reinstalar una práctica del pasado

Durante el antiguo Reino de Montenegro, el Estado era dueño de los edificios religiosos, así como de la tierra en la que se levantaban, pero le cedían su uso a la Iglesia. La nueva ley quiere volver a poner en práctica esta fórmula. Hablamos con Sasa Tomanovic, director del archivo estatal de Montenegro.

"Esta es una carta oficial de 1884. Uno de los sacerdotes del monasterio de Piva y el obispo Mitrofan Ban, del Ministerio de Asuntos Eclesiásticos `piden permiso para alquilar partes del terreno del monasterio para ganar algo de dinero con el que mejorar su mal. Por lo tanto, este documento muestra el control gubernamental de los asuntos económicos de la iglesia y muestra cómo por entonces, el Estado y la Iglesia Ortodoxa Montenegrina se respetaban mutuamente".

El odio sigue latente

Decidimos volver a quedar con Radovan. La policía le ha interrogado hace unos días. Sospecha que es él quien ha pintado unas banderas serbias en un muro. Acusaciones que el joven niega. Aun así, sigue asegurando que la "identidad serbia" está en peligro. "Tras el referéndum sobre la independencia de Montenegro en 2006, comenzó la discriminación contra nosotros. Y todo porque el pueblo serbio votó por unanimidad a favor de la unidad del Estado de Montenegro con Serbia", cuenta Rakocevic.

Las instituciones europeas, como la Comisión Europea y la Comisión de Venecia010-e), que es el organismo de control de los derechos humanos del Consejo de Europa, piden a Montenegro y a la Iglesia Ortodoxa que resuelvan este conflicto a través del diálogo. Pero tras viajar por Montenegro, comprobamos que el miedo y el odio siguen vivos. En algunas pintadas encontradas a lo largo de la carretera, se pueden leer frases como "esto es Serbia" o "muerte a Montenegro".