Mendoza, de de

Mundo Volanta

Pese a las medidas por el coronavirus, millones de franceses votan en las elecciones municipales

Luego de ordenar el cierre de sus escuelas, restaurantes y comercios no indispensables, el gobierno de Emmanuel Macron decidió contra todo pronóstico mantener los comicios para “asegurar la continuidad de la vida democrática”. La oposición prevé una fuerte derrota para el oficialismo

Domingo, 15 de Marzo de 2020
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Unas 70.000 mesas electorales abrieron este domingo en Francia para acoger la primera vuelta de las elecciones municipales, con extraordinarias medidas para evitar el contagio del coronavirus que está avanzando en el país, y ante algunas críticas por la realización de la votación ante el peligro de la pandemia.

Casi 48 millones de electores están llamados a elegir a los alcaldes de 35.000 municipios para los próximos seis años, unos comicios que se están desarrollando en un ambiente particular, con el país más pendiente de la epidemia que de las urnas.

Pocas horas después de que el Gobierno anunciara el cierre de todo establecimiento público no esencial, las mesas electorales se aprestan a recibir a los ciudadanos, con la mirada puesta en la tasa de participación, para despejar la incógnita de si el miedo al contagio incidirá en la abstención.

En las últimas horas se han multiplicado las voces que pedían al Ejecutivo el retraso de la cita electoral en estas circunstancias.

Es el caso de la presidenta de la región de Occitania, la socialista Carole Delga, que después de que el primer ministro, Édouard Philippe, anunciara el cierre de bares, restaurantes, discotecas, cines y tiendas no esenciales pidió aplazar los comicios. “A la vista de las últimas declaraciones del primer ministro y de la creciente inquietud de la población, estimo que lo más sensato sería retrasar las elecciones municipales”, indicó en la red social Twitter. El número 2 del partido conservador Los Republicanos en el Senado consideró por su parte que “haber mantenido estas elecciones municipales en estas condiciones es una aberración”.

El Gobierno se planteó el retraso electoral el pasado jueves, poco antes de que el presidente, Emmanuel Macron, se dirigiera a la nación en un discurso televisado. Pero los líderes de los principales partidos se opusieron de forma rotunda e, incluso, llegaron a asegurar que hacerlo equivaldría a un golpe de Estado institucional. Es el caso del presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, que aseguró que Macron pretendía retrasar los comicios para ocultar el revés que los sondeos auguran a su partido en las municipales.

Ante ese panorama, el Ejecutivo aseguró que el comité científico que le está asesorando para afrontar la crisis del coronavirus les aseguraba que la cita con las urnas no supondría un factor suplementario de extensión de la epidemia. “No hay nada que impida a los franceses, incluso a los más vulnerables, ir a las urnas”, declaró el jueves en un discurso a la nación el presidente francés, Emmanuel Macron, que aseguró haber consultado a expertos.

El impacto es, aseguraban, similar al que hay en un supermercado, establecimiento que también se mantiene abierto, a condición de que se atiendan ciertas medidas excepcionales. Así, las mesas electorales tienen geles para lavarse las manos, una persona dedicada a la limpieza, señales en el suelo para mantener la distancia entre electores, y mensajes recordando que hay que evitar contactos entre ciudadanos.

Los presidentes de las mesas electorales deberán dar prioridad a ancianos y personas frágiles para que emitan su voto, para evitar que permanezcan mucho tiempo en las colas.

Antes de entrar a su centro de voto, los electores deberán desinfectarse las manos, y para evitar pasarse el virus, se invitó a todos los ciudadanos a llevar su propio bolígrafo para votar.

Los electores deberán también conservar entre ellos una distancia de seguridad de un metro durante cada etapa del voto y los encargados de las mesas electorales tendrán a su disposición gel antiséptico y guantes para protegerse.

El Ministerio del Interior publicará a lo largo de la jornada datos de participación hasta las 20.00 horas (19.00 GMT), cuando cierran la totalidad de las mesas y comenzará el recuento.

Las encuestas auguran un buen resultado para los ecologistas, estabilidad para conservadores y socialistas, una moderada subida de la extrema derecha y un mal resultado para el partido de Macron. Pero, más que en términos absolutos, las elecciones serán medidas con el foco puesto en victorias o derrotas simbólicas, en las grandes ciudades, que no se conocerá hasta la segunda vuelta del próximo domingo.

Si se cumplen los pronósticos, París quedará en manos socialistas y Marsella en la de los conservadores y el partido de Macron aspira a ganar Lyon. El propio primer ministro se juega su futuro como cabeza de lista de los “macronistas” en Le Havre, al igual que otros ministros en otras ciudades del país. La extrema derecha puede lograr en Perpiñán la ciudad más grande de su historia y los ecologistas sueñan con conquistar una ciudad tan importante como Burdeos.

No obstante, para los especialistas consultados por la AFP, la abstención por el coronavirus se verá sobre todo entre el electorado de la tercera edad, lo que penalizaría a la derecha. El ministro del Interior, Christophe Castaner, admitió el sábado que “teme” que haya poca participación y reconoció que algunas municipalidades tienen dificultades para constituir sus juntas electorales.

La incertidumbre es aún mayor para la segunda vuelta, prevista una semana más tarde, sobre todo teniendo en cuenta el rápido avance de la epidemia en este país, donde los casos se han multiplicado por dos en las últimas 72 horas.

(Con información de EFE y AFP)