La semana pasada, más de un centenar de católicos se congregaron en las puertas del seminario ubicado en calle Tirasso al 1.800, en San Rafael, para rezar el rosario de rodillas en reclamo a uno de los protocolos vinculado al Covid-19 y la imposibilidad legal de comulgar en la boca.

"Sabemos que la Iglesia es un gran camino de Dios, pero nos deja una libertad inmensa. Si seguimos a Jesús dentro de la Iglesia, somos libres. Por lo tanto, cuando surge esta dificultad que se prohíbe dentro de la Iglesia, que es lo que pasa ahora con la resolución del Obispado, de que no se puede comulgar en la boca, esta decisión está prohibida en la misma iglesia, puesto que es expresa y deja en el fiel la libertad de recibir al Señor de rodillas y en la boca. El que cree que puede recibirlo de pie y en la mano, lo puede hacer”, indicó el obispo diocesano, monseñor Eduardo María Taussig a un medio local.

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Las convocatorias fueron pasivas, pero a pesar de eso, el Ministerio Público Fiscal inició una investigación y se ordenó el traslado a comisaría de un hombre de 59 años,  uno de los responsables de las protestas.

Si bien la de entregar la comunión en la mano y no en la boca es una medida que rige por el coronavirus, hay sectores que no la aceptan y terminaron por marcar su insatisfacción con el Obispo Taussig. 

La convocatoria se realizó a través de las redes sociales y whatsapp y fue presentada como una muestra de apoyo a los seminaristas, ya que muchos de ellos se habrían negado a recibir la hostia en la mano e insisten en hacerlo en la boca.