Es conocida la importancia del seguimiento médico para aquellos pacientes que dan positivo de COVID, pero que no llegan a necesitar una internación. Si bien se observa en los pacientes un alivio, al no tener que quedarse aislados en un hospital, siempre les surge la incertidumbre de cómo actuar en sus domicilios frente a determinados síntomas. 

 Es en este contexto es que Sonia Rodríguez, jefa de la Guardia del Hospital Central; y Mirna Cabral, jefa del Servicio de Infectología; explicaron que propusieron “realizar un seguimiento remoto de nuestro personal infectado como también de algunos pacientes que ingresaban a la guardia y eran ambulatorios”.

Esta iniciativa comenzó en marzo de 2020, cuando se empezó a tener los primeros empleados sanitarios infectados y donde los pacientes positivos eran internados en su gran mayoría.

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Estos seguimientos remotos los realizaba un grupo de profesionales que, por diferentes motivos, se encontraban o sin turnos por su especialidad, que estaba reducida, o permanecían en sus domicilios por estar exceptuados de asistir al lugar de trabajo debido a algún tipo de riesgo de salud.

La propuesta tuvo muy buenos resultados, por lo que, en esta segunda ola, se pulió un poco más y está teniendo gran aceptación. El seguimiento lo llevan adelante un grupo de mujeres, médicas de diferentes especialidades que en su mayoría están cursando su embarazo o, por alguna razón, están exceptuadas de asistir al hospital.