Mendoza, de de

Salud y Ciencia Calentamiento Global

El 2020 empató con 2016 como el año más cálido en el registro, según un análisis de la NASA

El seguimiento de la tendencia en la temperatura global es tan alarmante como urgente debido a que las actividades económicas humanas generan un impacto negativo en nuestro planeta.

Viernes, 15 de Enero de 2021

Las temperaturas medias globales de la superficie de la Tierra en 2020 igualaron a las de 2016, lo que hicieron que los dos años empataran como los más cálidos registrados, según un análisis de la NASA.

Continuando con la tendencia a largo plazo de calentamiento del planeta, la temperatura promedio global del año fue 1,84 grados Fahrenheit (1,02 grados Celsius) más caliente que la media entre 1951-1980 usada como referencia, de acuerdo con los científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (GISS por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York. 2020 superó a 2016 por una cantidad muy pequeña, dentro del margen de error del análisis, lo que hace que los años estén efectivamente empatados como el año más cálido registrado.  

"Los últimos siete años han sido también los siete años más cálidos del registro histórico, caracterizando la dramática tendencia actual de calentamiento", informó Gavin Schmidt, director del GISS. "Que un año bata o no un récord no es realmente relevante, lo importante son las tendencias a largo plazo. Con estas tendencias, y a medida que se incrementa el impacto humano en el clima, debemos esperar que se sigan rompiendo récords en los registros". 

Un mundo que cambia y se calienta 

El seguimiento de la tendencia en la temperatura global proporciona un marcador crítico del impacto de las actividades humanas en nuestro planeta, específicamente, las emisiones de gases de efecto invernadero. La temperatura media de la Tierra ha aumentado más de 2 grados Fahrenheit (1,2 grados Celsius) desde finales del Siglo XIX. 

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El aumento de la temperatura está desencadenando fenómenos como la pérdida de masa del hielo marino y de las capas de hielo terrestres, el aumento del nivel del mar, olas de calor más largas e intensas y cambios en los hábitats de plantas y animales. Entender estas tendencias climáticas a largo plazo es esencial para la seguridad y calidad de vida de las personas, para adaptarnos a nuestro entorno cambiante de varias maneras, como plantar diferentes cultivos y modificar nuestra administración de los recursos hídricos y preparación ante fenómenos meteorológicos extremos. 

Más allá del promedio anual global 

Aunque continúa la tendencia de calentamiento a largo plazo, debemos recordar que una variedad de eventos y factores contribuyen a la temperatura promedio de cualquier año en particular. Dos eventos separados cambiaron la cantidad de luz solar que llega a la superficie de la Tierra. Los incendios en Australia durante el primer semestre del año quemaron 46 millones de acres de tierra, liberando humo y otras partículas a más de 18 millas de altura en la atmósfera, bloqueando la luz solar y posiblemente enfriando la atmósfera ligeramente. En contraste, la cuarentena global por la pandemia del COVID-19 redujo la contaminación del aire en muchas áreas, permitiendo que más luz solar llegase a la superficie y produciendo un pequeño, pero potencialmente significativo efecto de calentamiento

La mayor fuente de variabilidad interanual en las temperaturas globales suele provenir de El Niño-Oscilación Sur (ENSO por sus siglas en inglés), un ciclo natural de intercambio de calor entre el océano y la atmósfera. Aunque el año finalizó en una fase negativa (fría) de ENSO, empezó en una fase ligeramente positiva (cálida), lo que aumentó ligeramente la temperatura media global. Se espera que la influencia de enfriamiento de la fase negativa tenga mayor impacto en 2021 que en 2020. 


"El 2016, el previo año más caluroso, recibió un impulso significativo en las temperaturas debido a un fuerte episodio de El Niño. La ausencia de un estímulo similar por parte de El Niño en el 2020 es evidencia de que el clima de fondo sigue calentándose debido a los gases de efecto invernadero", explicó Schmidt. 

Los valores GISS 2020 representan las temperaturas superficiales promedias en todo el globo y durante todo el año. El clima local tiene un peso importante en la variación de las temperaturas regionales, por lo que no todas las regiones de la Tierra experimentan magnitudes similares de calentamiento, incluso en un año récord. 

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A largo plazo, partes del globo también se calientan más rápido que el resto. Las tendencias de calentamiento de la Tierra son más pronunciadas en el Ártico, el análisis de temperatura GISS (GISTEMP por sus siglas en inglés) señala que en los últimos 30 años el Ártico se ha calentado tres veces más rápido que el resto del planeta, según Schmidt. La pérdida de hielo marino ártico, cuya superficie mínima anual está disminuyendo en extensión alrededor de un 13 por ciento por década, hace que la región sea menos reflectante, lo que significa que más luz solar es absorbida por los océanos y las temperaturas aumentan aún más. Este fenómeno, conocido como amplificación ártica, provoca una mayor pérdida de hielo marino, derretimiento de la capa de hielo terrestre y aumento del nivel del mar, temporadas de fuego más intensas en el Ártico y derretimiento del permafrost.