El cielo, por definición de la Real Academia Española es una esfera aparente azul y diáfana que rodea la Tierra. Sin embargo, cuando miramos el cielo vemos mucho más que eso, aunque no entendamos de qué va todo eso que se nos presenta tan cerca pero es tan lejano. Sin embargo, es algo que puede ser natural para muchos, y no para otros. Quienes no tienen el sentido de la vista, pueden disfrutarlo gracias a Sebastián Musso. 

Hace más de 20 años, el astrónomo Sebastián Musso decidió comenzar con este proyecto que acerca la inmensidad del universo - o al menos lo que es posible conocer hasta ahora - a personas no videntes: "Al comienzo dictamos talleres a través del sonido, traduciendo los diferentes brillos de las estrellas a distintos decibeles y volúmenes, cambiando los colores por tonos. Esos talleres audibles fueron cambiando a un trabajo más táctil, con maquetas para tocar distintos objetos y a través de ese tacto poder acercar distintos contenidos de astronomía, los mismos que uno podría dar en una clase convencional con imágenes y con esas fotos e imágenes que nos parecen maravillosas de los distintos observatorios del mundo". 

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El especialista no habla de "dificultades" a la hora se enseñar este tipo de conocimientos a personas no videntes, sino de "particularidades" ya que, según menciona "una persona que nunca ha visto, va a aprender de un modo diferente a la manera que aprendemos quienes tenemos el sentido de la vista. Quienes vemos tenemos un sentido bastante integral de la vista entendiendo por esto que viendo una sola foto aprendemos muchas cosas. Esta frase trillada de "una imagen vale más que mil palabras" es verdad, una imagen nos resume un montón de información. Y cuando trabajo con personas ciegas, lo que hago es traducir esa imagen, incluso con tres o cuatro maquetas. Uno trabaja por capas, en cada una de las maquetas de lo más simple a lo más complejo, voy sumando un poco de información en cada paso".

El ejemplo que brinda Musso para graficar la manera de enseñar astronomía para no videntes está ligado a la geografía. "Para enseñar un mapa de Argentina, inicialmente habrán empezado por el contorno de nuestro país, delimitando las fronteras; habrán seguido por el contorno de las ciudades más importantes y quizás en un tercer mapa en relieve aparecieron dónde están las mesetas, llanuras y montañas de nuestro país. Si arrancas con todo de una se arma un embrollo que no entendés nada. Bueno, en astronomía hacemos lo mismo, con las galaxias, estrellas, litrografías, entre otras cosas".

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En cuanto al sonido, Musso habla de códigos "inventados". "Siempre digo que los divulgadores científicos son un poco traductores. Uno traduce un lenguaje científico a un lenguaje más cotidiano para poder enseñar algunos conceptos. Hace 20 años traduje lo que vemos a lo que podemos llegar a escucha, para acercarlo. pero también la astronomía tiene sentidos reales y eso es muy motivante para todos, no solo para quienes no pueden ver: escuchar un "púlsar", que es una estrella muy compacta que gira muy rápido a cientos de veces por segundo, es increíble. Hay una navecita en Marte que nos permite escuchar el viento de un planeta que se encuentra a millones de kilómetros de la Tierra y estos elementos también son motivadores para los que vemos". 

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