Pablo nació en Lomas de Zamora, se crió en Santiago del Estero, luego de decidir dedicarse a realizar trabajos de voluntariado por el mundo, en Israel conoció al amor de su vida con quien hace 12 años se instaló en una zona rural a una hora de Johannesburgo, Sudáfrica.

La historia de Pablo es alucinante, sin embargo, lo que puso su nombre a la luz, es su decisión de convertirse en unos de los receptores de la vacuna contra el coronavirus covid-19 que desarrolló la Universidad de Oxford, y que ya está en su fase clínica de pruebas a mayor escala. Según cuenta, estaba mirando el noticiero y se enteró de que estaban buscando 2.020 voluntarios para esta etapa, sin dudar, anotó el correo electrónico, envió sus datos y a los pocos días le confirmaron que había sido seleccionado. Su esposa no cumplía los requisitos, por tener una enfermedad de base, pero él agrega que ella “ni loca” se exponía a la prueba.  

Se convirtió así en el primer argentino en ser voluntario para la dosis experimental de la última etapa antes de su aprobación de la vacuna de Oxford: “Teníamos que cumplir ciertos requisitos, como tener entre 18 y 85 años, no tener obesidad ni enfermedades de base. Una sola noche tuve un poco de fiebre y dolor muscular, no sé si fue por la vacuna, pero los controles han salido perfectos. Tengo que marcar una ficha a diario acerca de los síntomas que vamos presentando durante el proceso, y hasta ahora las médicas me han dicho que esta todo perfecto”, contó al aire de Aurora 91.3

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Sudáfrica ocupa el cuarto lugar en el mundo en cuanto a cantidad de contagios, y por eso, junto a Brasil, es uno de los lugares elegidos para probar esta última etapa experimental de la vacuna de Oxford, que ya tiene una gran cantidad de dosis desarrolladas en India, esperando la aprobación para ser distribuida en el mundo.

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