Tenían sedes en varias provincias argentinas, incluida Mendoza. Robaban niños y niñas para hacerlos vivir en la peor de las miserias, mientras los explotaban laboral y sexualmente. Además, se dedicaban al lavado de dinero, bajo la fachada de una congregación religiosa.
La Policía Federal Argentina, junto con miembros de Gendarmería Nacional, lograron desarticular este martes una organización criminal que, liderada por una mujer conocida como “La Tía Eva” y bajo la pantalla de una comunidad religiosa denominada “Filadelfia”, se dedicaba a la trata de personas, lavado de dinero, delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y contra la vida.
El operativo desplegado durante la madrugada finalizó con siete detenidos y el rescate de 69 víctimas. En total, se realizaron 23 allanamientos en las provincias de Buenos Aires, Salta, Tucumán, Mendoza, Neuquén y Entre Ríos.
En una conferencia de prensa, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, dijo que este trabajo “no despertó las sospechas de nadie, por lo que se consiguió ingresar a los lugares y desbaratar la organización”.
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Los resultados de la investigación indican que esa "comunidad" de delincuentes robaba niños a sus padres biológicos para inscribirlos como hijos de varias mujeres de la organización. Y además se les acusa de instigación al suicidio, ya que se descubrió que pudieron haber inducido a que un joven se quitara la vida, al que hostigaban y agredían por ser homosexual.
En esta investigación se desplegaron las fuerzas para realizar un operativo de gran envergadura en distintos puntos del país, lo que indica, entre otras cosas, la dimensión de poder que ostentaba esta organización criminal.
La investigación
Un operativo realizado en 2019 por la Policía de la Provincia de Buenos Aires dio inicio a una profunda investigación que, en aquel momento, terminó con varios allanamientos por los delitos de trata de personas y lavado de dinero. En ese entonces, se comprobó que la organización criminal operaba con un sistema de captación de personas para, posteriormente, explotarlas laboralmente y someterlas a la servidumbre.
Fue así que tanto Gendarmería como la Policía Federal continuaron con la pesquisa a partir de las denuncias que hicieron las víctimas. Esto indicó que, además de secuestro y lavado de dinero, la organización era responsable de otros graves crímenes.
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El grupo, oculto bajo una presunta vocación religiosa, comenzó sus actividades en el país entre 1972 y 1973 y estaba liderado por “la Tía Eva” y dos cómplices a quienes se las acusa, hasta ahora, de dos abusos sexuales (en el marco de acciones “religiosas” con el objetivo de “evitar el pecado”) contra, por lo menos, un menor. Dado su forma de actuar y el modus operandi, este tipo de hechos se fueron reiterando a lo largo de los años.
Con un “templo” principal emplazado en el Gran Buenos Aires y “anexos” en varias provincias y, según se presume y aun se investiga, en Brasil y Paraguay, captaban principalmente niños y niñas en situación de pobreza extrema para después hacerles creer que la "Tía Eva" tenía poderes sobrenaturales. A partir de allí, les prohibían tener contacto con sus familiares, ir a la escuela, o tener documentación. La finalidad era obligarlos a vivir en condiciones deplorables, con una alimentación deficiente, y sin poder higienizarse. A muchos de ellos, inclusive, se los obligaba a trabajar en una panadería que pertenecía a la organización.
El caso
La Policía Federal, junto a Gendarmería, allanaron 23 sedes que el grupo tenía en todo el país. Se labraron 10 órdenes de detención, incluyendo a quienes estaban prófugos desde el año pasado. Entre los detenidos hay seis miembros clave de esta banda.
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De momento, las 69 víctimas rescatadas están siendo entrevistadas y asistidas por el Programa nacional de Rescate y Acompañamiento. Al mismo tiempo que se las acompaña, esto permite que dichas personas puedan seguir declarando más detalles que se sumarán a la causa.
Además, se dio la orden de dar de baja en el Registro de Cultos a esta organización, poniendo en conocimiento de esta medida a las autoridades de Brasil y Paraguay, donde se presume que existen sedes de este grupo.