Las propuestas de alternancia en la presencialidad cuando comiencen las clases varía de acuerdo a la jurisdicción del país que se trate. Más allá de las aplicaciones protocolares que cada provincia elija, todas deberán respetar las recomendaciones del Ministro de Educación de la Nación.
El inicio del ciclo lectivo ha sido, tal vez, el tema más polémico en cuanto a sus posibles modalidades desde que comenzó el 2021. La flexibilidad en la aplicación de las mismas de acuerdo a cada provincia argentina, resulta oportuno para propender la mejor adaptación a las circunstancias de la pandemia.
Con la anuencia del Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, cada jurisdicción implementará el sistema que considere que se ajusta a su realidad educativa, edilicia y epidemiológica.
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En Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos está decidido que la mitad de un curso concurrirá una semana y la otra mitad a la semana siguiente. Es decir que alternarán entre la escuela y el hogar, una semana y una semana. La idea es que cuando el chico vaya a la escuela, no sólo reciba la instrucción de esa semana, sino también las tareas y objetivos para la semana siguiente, en la que estará en su casa.
Pese a no haber definido aún el plan, en la provincia de Buenos Aires la mitad del curso iría lunes y martes; el miércoles se hace una higienización del colegio, en tanto que jueves y viernes concurrirían quienes no fueron lunes y martes.
En cambio, en CABA, la mitad del curso iría a la mañana y la mitad a la tarde en el 60 por ciento de los colegios que tienen doble jornada, mientras que en el 40 por ciento restante, de jornada simple, la mitad del curso estaría en un aula y, la otra mitad se concentraría en una sala, biblioteca, comedor o patio.
Más allá de las variantes, en todos los casos la jornada presencial será de cuatro horas y habrá una reducción casi a cero del uso de la enseñanza remota, porque el maestro que se encuentra en el aula con la mitad de los alumnos en forma presencial, no puede atender a la otra mitad que está en la casa.
En los distritos más rurales o de ciudades más pequeñas, no hay motivos para cambios sustanciales porque hay pocos casos de covid-19 y menos estudiantes. Salvo excepciones, en esas escuelas se retornará casi a la normalidad, con las precauciones que todos conocen: toma de temperatura a la entrada, distanciamiento, barbijo, alcohol en gel y otras medidas.
En Mendoza, la metodología no se encuentra definida aún y podría estarlo la próxima semana. En principio, podría implementarse idéntico sistema que en Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos: alternancia en la presencialidad.
Quienes sostienen este sistema, consideran que las clases cinco días seguidos no sólo permiten afianzar más a los alumnos en los contenidos sino que permiten detectar mejor si existe algún contagio. Como se sabe, el virus tarda algo en manifestarse, por lo que cinco días seguidos de clase facilitan la detección.
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La fecha de inicio programada en casi todos los distritos es el 1 de marzo. En CABA el 17 de febrero pero para los más chicos, en tanto el 24 de febrero se incorporarán los grados superiores de la primaria y el 1 de marzo la secundaria.
Dados los ejemplos en otros lugares del mundo, es difícil no pronosticar un rebrote de magnitud con la llegada del frío. Por eso hay una especie de carrera contra el tiempo con la vacunación: tener la mayor cantidad de personas inmunizadas antes que llegue el invierno.
Debido a ello, es que en CABA promueven una presencialidad muy intensa, argumentando que el mayor peligro es la deserción escolar ya que al permanecer en casa, algunos chicos abandonan y otros se deprimen.
Desde ya que habrá un ascenso en los contagios, pero si fuese peligroso, habrá que tomar medidas como en Alemania, el Reino Unido y Portugal, que interrumpieron el ciclo, pero por dos semanas o un mes, es decir, frenar por un período breve.