Luego de más de 40 horas rodeado de dudas e incertidumbres, Coco, el perro que fue demorado en Ezeiza por tener vencida una de sus vacunas, fue informado con una buena noticia. 

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Las autoridades le avisaron a su dueño, Franco Gavidia, que el cachorrito deberá iniciar una cuarentena en la zona primaria de la Aduana, donde cedieron lugar para que lo vacunen y pueda permanecer allí. 

Su historia de novela comenzó cuando arribaron a Ezeiza luego de un viaje de 48 horas desde Hungría. Al llegar al Aeropuerto, fue impedido de ingresar porque al animal tenía por ocho días vencida una vacuna y no tenía un certificado de un médico húngaro que confirmara que estaba sano. 

En ese momento tomó un papel protagónico la SENASA, Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, ya que le informaron a Gavidia que el can debía ser deportado al país de origen del vuelo, donde ya no tenía familiares.

En esas primeras horas, el Senasa le informó al deportista sobre “la necesidad de que vuelva al país de origen para completar la documentación faltante” y que “se avanzó en poner al perro en custodia dentro del aeropuerto, hasta que se resuelva su regreso a origen, salvaguardando su bienestar, brindándole los cuidados y el alimento necesario”.

Cuando Gavidia supo de esa decisión, se puso a disposición y comunicó al organismo que está dispuesto a hacerse responsable de los gastos necesarios para ingresar a su perro al país. “Estoy dispuesto a pagar un médico, una cuarentena y una multa”, dice y apenado cuenta que desde hace más de tres horas desconoce qué sucede con el animal.

Finalmente, luego de una fuerte campaña en redes sociales, bajo el lema de "LiberenaCoco", se determinó que el animal fuese vacunado y haga una cuarentena dentro del Aeropuerto de Ezeiza, donde se reencontrará con su familia. 

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