La mayoría, con politraumatistos, fueron traslados a diferentes hospitales porteños.
Unas 30 personas resultaron con heridas de distinto tipo durante el recorrido que realizó este martes el plantel de la Selección Argentina para celebrar la obtención de la Copa del Mundo, en medio de una multitud que invadió las calles de la Ciudad.
"La mayoría de los heridos fueron derivados a distintos hospitales de la Ciudad, como el Fernández, Ramos Mejía, Rivadavia, Durand y Argerich, todos politraumatizados, pero ninguno grave", dijo Alberto Crescenti, titular del SAME, en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas.
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Asimismo, señaló que "muchos se golpearon al caerse de algún techo o una columna de alumbrado, otros sufrieron crisis convulsivas o lipotimias", en este último caso por la elevada temperatura, que alcanzó los 30 grados.
Además, dos jóvenes se arrojaron desde un puente sobre el ómnibus descapotable que trasladaba a los futbolistas mientras circulaban sobre la avenida Dellepiane, uno cayó dentro del vehículo pero el otro golpeó contra el asfalto, aunque no sufrió heridas de gravedad.
Este hecho habría motivado que las fuerzas de seguridad decidieran cortar abruptamente la caravana para evitar otros episodios similares, habida cuenta que todavía quedaba un largo tramo por recorrer.
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De hecho, la caravana tenía previsto llegar hasta el Obelisco, pero ante la imposibilidad de hacerlo, debido a la multitud que colmaba la calles porteñas, el ómnibus trasladó a los jugadores hasta el Parque Roca y desde allí abordaron varios helicópteros de la Policía Federal para retornar al predio de la AFA en Ezeiza.
Más allá de los heridos, hubo distintos incidentes registrados en varios puntos de la Ciudad, especialmente el robo de neumáticos en algunos autos, daños a semáforos y columnas de iluminación. También hubo problemas en la traza del metrobus, sobre la avenida 9 de Julio, donde los simpatizantes rompieron techos y otros elementos de las paradas.
También hubo daños en las puertas de ingreso al Obelisco, ya que varios simpatizantes rompieron los candados y luego subieron las escaleras para llegar a lo más alto del monumento, que además quedó repleto de graffitis en su base.