En los mensajes de los celulares surgen otras voces que dan cuenta de otros conflictos a la salida de los boliches que los tuvieron como protagonistas, y sobre cómo atacaban en grupo y de forma violenta.
El análisis de los celulares de los rugbiers detenidos, que están siendo juzgados por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell los dejó al descubierto.
Dan cuenta de cómo quisieron evadirse una vez cometido el hecho, pero además algo que estremece, y es cómo iban a “premiar” lo que habían hecho consumiendo drogas y bebidas, tal cual uno de ellos señalaba.
“Peleamos contra unos chotos. Les ganamos. Alta noche. Nos vamos al centro a premiar”, fue el mensaje del celular que partió de Ciro Pertossi al grupo, en el que además había otras personas que no habían participado de la agresión a Fernando esa madrugada del 18 de enero del 2020.
“Flasheamos, matamos a uno. Se quedó desmadrado y dijeron que lo llevaron al hospital sin signos vitales”, dijo él también al grupo.
Incluso, Juan Guarino, uno de los rugbiers al comienzo investigado y luego sobreseído, chateó con su novia: “Esta noche fue rara, no me siento bien”.
Su novia Dori luego le preguntó qué es lo que había pasado y él prefirió no contestarle, pues ya en el grupo de rugbiers se estaba exigiendo silencio sobre lo que habían hecho.
En otro grupo de whatsappp, el celular de Guarino recibió un mensaje de otra persona ajeno al hecho: “era lógico que pasara esto, Dios mío mataron a una persona, lo mataron a patadas” y otros hacían referencia a que ya el grupo hoy juzgado había cometido varias situaciones cómo estás, la de atacar en grupo y ser altamente violentos en salidas de boliches.
La preocupación en ese momento del grupo quedó expuesta, pues se comprobó tal cual declaró el secretario fiscal Diego Laborde, que entre las 6.21 y 6.22 Ciro Pertossi hizo búsqueda en Google de Pelea-Villa Gesell.
En la séptima audiencia también declararon peritos, uno de ellos Emilia Salamendi, quien hizo el análisis de los pies de los imputados, y explicó que a cada uno de ellos se les tomaron las medidas para cotejarlos con la marca en el rostro de Fernando: la de Máximo Thomsen, principal implicado y quien se probó por los testimonios le pegó a la víctima, era de entre 40 y 41 centímetros.
Haydée Almirón, perito científica de la policía, dijo que en el rostro de Fernando “se detectó un rastro en el maxilar apto para realizar el cotejo”.
“Se buscó zig zag en la misma frecuencia de longitud y se obtuvo un solo candidato. Fue la zapatilla marca Cyclone (de Thomsen) en su puntera y el talón”, acotó según el diario Clarín.
Durante gran parte de la audiencia, Silvino y Graciela, papás de Fernando, no estuvieron presentes y ante la prensa anunciaron un homenaje que le harán a su hijo el día 18 de enero próximo en la ciudad de Dolores.
Por otra parte, del análisis de teléfonos de los imputados surgieron varios grupos de chats en los cuales otras personas ajenas al hecho daban cuenta de que ellos ya habían protagonizados varios incidentes a la salida de boliches, donde en grupo golpeaban a un pequeño grupo de personas o alguien en particular en sí.