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Argentina Política

Sonríe Mendoza: el Gobierno derogó normas del Instituto Nacional de Vitivinicultura y redujo los controles al sector

La medida busca simplificar los procesos productivos, explicó Federico Sturzenegger.

Viernes, 7 de Noviembre de 2025

A través de la Resolución 37/2025, publicada este viernes en el Boletín Oficial, el Gobierno derogó 973 normas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) con el objetivo de reducir la intervención estatal en la producción vitivinícola y simplificar los procedimientos burocráticos.

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, sostuvo que el nuevo esquema apunta a "dejar atrás el régimen en el que el Estado pretendía controlar cada paso del proceso productivo" para concentrarse en garantizar la "aptitud para consumo del vino".

Menos control estatal y foco en el producto final

Con la nueva resolución, el INV dejará de intervenir en etapas intermedias como la cosecha, la elaboración o el transporte del vino, y se limitará a controlar los productos embotellados. De este modo, el organismo sólo verificará la calidad y autenticidad de los vinos listos para el consumo.

Los controles de trazabilidad, como certificaciones de origen o varietal, pasarán a ser optativos y quedarán a cargo de los productores o de entidades privadas. El cambio alcanza a todas las instancias de la cadena vitivinícola, desde viñedos y bodegas hasta fábricas de mosto, espumosos, fraccionamiento y exportadores.

"Menos burocracia son menos oportunidades para la corrupción"

Sturzenegger destacó que en 2024 el INV emitió 140.000 permisos de tránsito y realizó más de 5000 inspecciones, lo que -según dijo- mostraba "un nivel de control exagerado". Añadió que "al eliminar las fiscalizaciones intermedias, los inspectores sólo tomarán muestras de los productos embotellados y los enviarán a analizar, cerrando la puerta a la discrecionalidad y la corrupción".

El ministro consideró que la medida da más libertad a los productores para adaptarse a un mercado global cambiante, donde el consumo de vino tradicional está en baja y surgen nuevas tendencias como el vino sin alcohol. "¿Por qué tratar a las bodegas como delincuentes? Ya bastantes dificultades tiene el negocio para que el Estado las complique más", concluyó.