Alberto Canapino murió a los 57 años, víctima del coronavirus, que lo había obligado a internarse en el Sanatorio Otamendi hace algunos días.

Nacido en Arrecifes, una ciudad que respira y vive automovilismo, se convirtió en leyenda del deporte motor argentino como chasista.

Su talento a la hora de armar vehículos de competición derivó en una cosecha de títulos que suman dieciseis en las máximas categorías de nuestro país.

Canapino comenzó su camino en Turismo Carretera y TC2000 en 1986, convocado por su coterráneo Rubén Luis Di Palma, y sus primeros títulos llegaron poco después con los de Juan María Traverso y Miguel Ángel Guerra, quienes volaron con sus Renault Fuego en 1988 y 1989.

En 1995 se llevó la doble corona junto a Traverso, campeón de TC con Chevrolet y de TC2000 con un Peugeot 405. Repetiría en la categoría más popular un año más tarde.

En TC 2000 trabajo en equipos oficiales como Volkswagen, Chrysler, Peugeot y Chevrolet.

Guillermo Ortelli, Juan Manuel Silva, Norberto Fontana y Christian Ledesma también alzaron la copa del TC gracias a los autos preparados por Canapino.

En los últimos años, disfrutó de su creación más exitosa, su hijo Agustín, con quien también salió campeón de TC, nada menos que cuatro veces.

El último fin de semana Alberto se perdió la última fecha de Súper TC2000, donde dirigía el Equipo Chevrolet YPF, con el que Agustín fue subcampeón.

Actualmente estaba en esta última escudería y formaba parte del equipo familiar de TC junto a sus hijos Agustín y Matías que debutará el 21 de febrero en el campeonato de TC Pista. 

Paradójicamente, su Squadra Canapino iba a presentar el nuevo Chevrolet de Agustín para la temporada 2021 de Turismo Carretera.

Se fue Alberto Canapino, un nombre que quedará por siempre en la historia grande del automovilismo argentino.