Pese a la resistencia de la oposición y los gobiernos regionales, el poder ejecutivo ratificó su condición de anfitrión del torneo continental.
En medio de una fuerte resistencia por gran parte de su población y de la oposición al gobierno que conduce Jair Bolsonaro, Brasil confirmó que recibirá a la Copa América y hasta las sedes en las que se jugará.
El torneo, que arrancaría el 13 de junio tal como estaba previsto, seguramente cambiará su cronograma para que el partido inaugural ya no sea Argentina-Chile, sino Brasil-Venezuela, que estaba programado para el día siguiente.
Colombia y Argentina iban a ser los países que recibirían la Copa América, pero los conflictos sociales de uno y la crisis sanitaria del otro terminaron haciendo que la CONMEBOL buscara un nuevo anfitrión de emergencia.
La elección de Brasil, el país que más ha sufrido la pandemia de coronavirus en la región, marcó el comienzo de una nueva gran polémica que promete continuar por varios días.
El Gobierno hizo el anuncio a través de Luiz Ramos, el jefe de Gabinete, en su cuenta de Twitter.
“Copa América confirmada en Brasil ¡Ganó la coherencia! Brasil, que alberga partidos por la Libertadores, Sudamericana, por no hablar de los campeonatos estatales y brasileños, no pudo darle la espalda a un campeonato tradicional como este. Los partidos serán en Mato Grosso, Río de Janeiro, Brasilia y Goiás, sin público”, indicó el funcionario.
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