Carlos Pipi Araujo, uno de los mejores futbolistas que dio la provincia en los últimos años, decidió poner fin a su carrera deportiva y anunció su retiro del fútbol profesional. El defensor de 40 años terminó jugando en Independiente Rivadavia, club que realizó una gran campaña en este 2021 y peleó por un ascenso a la máxima categoría el futbol argentino.

Pero no eran todo color de rosa en el club del Parque. Araujo se fue muy agradecido con el cuerpo técnico, los jugadores y también los hinchas, pero fue muy crítico con los dirigentes de la Lepra, en especial con su presidente, Carlos Castro. En Aurora 91.3, Araujo contó su experiencia en el Azul.

"Por hora no pienso más allá de disfrutar la familia, de acompañar a mi esposa y mis hijos que tantos años me acompañaron a mi, pasando solos los fines de semana. La idea es tomarme un tiempo para reorganizar nuestras vidas y después pensar bien qué hacer", comenzó diciendo Araujo.

"En realidad la decisión la tomé rápidamente. Mi esposa no la pasó bien en Mendoza, el desgaste de tantos fines de semana sola, con mi hijo de un año, y todos este año se la pasó sola con él, cada vez que viajábamos eran tres noches que estaba sola, empezó a tener problemas de ataques de pánico y cosas horribles. Ahí empecé a ver la posibilidad de acompañarla y que deje de sufrir. Terminó el campeonato y tomé la decisión de inmediato", contó.

"Encima cuando llegué a Independiente, con toda la ilusión, lamentablemente en el primer amistoso me fracturé, me costó tres meses volver, en un jugador de 29 años no es fácil, se que con el otro entrenador hubiera jugado más. Se acumulan un montón de cosas, el no jugar, los problemas en la casa, que es muy difícil para la mente de un jugador de futbol", manifestó.

"Salvo los dirigentes, todo el mundo si me respetó en Independiente. Me defraudaron los dirigentes, sobre todo Carlos Castro, él me llevó. Después de todos los problemas que tuve con mi esposa, hablé con el entrenador que no me citara en los viajes, como estaba yendo al banco. Le conté la situación y me entendió totalmente, solamente iba a viajar cuando me necesitara de titular. Si no me iba a utilizar prefería quedarme con mi esposa. El DT lo entendió y la dirigencia me bajó el sueldo, no se porqué. Nunca me dieron una explicación, hablé con Castro y me dijo que no me iba a bajar el sueldo. Pero de julio en adelante me bajaron el sueldo a la mitad. Me mintieron un montón de veces, no solamente a mi, sino a varios compañeros. Y eso fue una falta de respeto a mi trayectoria", dijo el Pipi.

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"No lo merecía, porque cuando estaba el otro entrenador -Marcelo Stracchia- puse 7000 dólares para pagar los sueldos a los jugadores. Los puse yo y nadie me los pidió. Los puse pensando que los iba a recuperar. No los recuperé y eso la gente no lo sabe. Esperé hasta ultimo momento tratando de cobrar todo lo que me debían,  no me han pagado y me siguen mintiendo", sostuvo el jugador surgido del Deportivo Algarrobal.

"Castro estaba al tanto del préstamo,  pensé que tenía la intención de devolvérmelo. Y no fue así, no solo no me pagó, encima me bajó el sueldo de julio en adelante. Nunca quise hacer quilombo, nunca arrastré a nadie para hacer quilombo porque estábamos haciendo una campaña extraordinaria, quería la gloria. tratar de ascender con este plantel. Jamás salí a hablar mal de nadie. El hincha merece conocer la verdad, porque con otra dirigencia el equipo hubiera ascendido. Y toda esta plata que no me han devuelto, la oposición debería controlarla, porque no se si la han sacado o no. A mi no me la dieron", agregó.

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"Todas las semanas llamábamos a que vengan a solucionar los problemas. Venían y nos decían una cosa, y no la cumplían, fue muy desgastante. A los chicos los querían desalojar porque no pagaban el alquiler, fue así durante todo el año, no se supo porque hicimos un pacto entre nosotros para no hacer quilombo y apuntar todo a ascender. Fueron un montón de cosas y la gente lo tiene que saber. Esto fue mérito puramente de los jugadores, cuerpo técnico y jugadores, nada más", apuntó. 

"Me saco el sombrero por mis compañeros y cuerpo técnico, porque se brindaron al máximo. Entrenamos en siete lugares distintos, con las canchas hechas pelota, nunca nos quejamos. Cuando sucedió el inconveniente de Rafaela, cuando los barras subieron al colectivo, fue muy feo, la dirigencia prometió que iba a poner al plantel al día y todavía estamos esperando".

"Lo hablé un montón de veces con Castro, pensé que era de palabra, confié en él pero me defraudó. Nunca me cumplió en nada", manifestó Araujo, campeón de la Copa Sudamericana con Lanús en 2013. 

"Cuando se dan los resultados, tapa todo. Arrancamos con Gómez ganando y los problemas no se veían para el de afuera y para los periodistas. Pensábamos que con una buena campaña los problemas económicos se terminarían, pero no. Lo ideal hubiera sido tomar alguna medida, pero confiábamos en lo que nos decían porque nos daban su palabra. Pero las palabras se las llevó el viento", comentó.