Han sido días movidos en el mundo del deporte y la salud, que nuevamente se vuelven a unir. En esta ocasión, debido a la situación de Novak Djokovic -confeso antivacunas- y su deportación en Australia, lo que le impidió competir en el primer abierto del Grand Slam. 

Sin embargo, a menos de una semana del hecho, se dio a conocer la noticia de que Nole es dueño del 80% -junto a su esposa- de una empresa que investiga un tratamiento para que el coronavirus no ataque as células del cuerpo. 

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El laboratorio danés QuantBioRes, que ahora pertenece prácticamente al serbio, investiga un tratamiento que impide que el virus del SARS-CoV-2 infecte a la célula, para que no exista la necesidad de la aplicación de una vacuna.

Dicha empresa tiene presencia en Australia, Dinamarca y Eslovenia y tiene como director a Ivan Loncarevic, quien declaró que el tenista nunca quiso decir cuánto fue lo que pagó por las acciones. 

Se espera que en el próximo verano europeo el laboratorio comience a hacer estudios en Reino Unido. Los investigadores de dicha entidad buscan la forma de inactivar al SARS-CoV-2, y sostienen que la clave podría encontrarse en los glóbulos rojos, ya que podrían tener receptores para el virus, lo que causaría las formas graves de la enfermedad. 

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El serbio estuvo envuelto en polémica durante los últimos días, donde dio de qué hablar al mundo. Es por eso que los organizadores de los grandes torneos de tenis, ya advirtieron que se pedirá la vacunación completa a todos los deportistas que participen en el segundo abierto del Grand Slam, que se celebrará en Francia.

En el comunicado de la ATP, que recibieron los jugadores, se declaró: "Los jugadores deberán estar completamente vacunados para poder competir o tener un certificado médico que los exima de la vacunación por razones médicas".