- Por Pablo Reynoso -

La vida de un deportista esconde un sinfín de esfuerzo detrás de cada competencia y de cada logro. Eternas sesiones de entrenamiento, cansancio mental, no frecuentar juntadas con amigos, son uno de los tantos sacrificios que un atleta debe realizar si desea llegar al alto rendimiento.

De la Ciudad de Mendoza y esperemos, para el mundo, un jovencito comenzó desde muy chico su ilusión con el mundo del deporte. Supo vestir los colores de Independiente Rivadavia, Andes Talleres y la Universidad Nacional de Cuyo en su infancia, pero en el fondo, su corazón decía que el fútbol no era el camino que debía tomar.

Así comenzó la historia de Juan Emilio Medina, quien encontró en su paso por el deporte más popular en Mendoza una virtud que quizás pocos descubren. El amor por el atletismo surgió casi de manera espontánea, cuando una "salida a correr" por el Parque General San Martín se convirtió en el puntapié para empezar a darle forma a la vida de un atleta de alto rendimiento.

Un amigo que compartía las tardes entrenamiento con Emilio, le recomendó presentarse en la Pista Provincial de Atletismo de Mendoza. Allí, como hace varios años, estaba el famoso "Cacho", entrenador de cientos de talentosos y soñadores que buscan romper su marca personal cada fin de semana. Es que Leandro "Cacho" Espínola fue el encargado de formar a personas como Emilio, que con grandes condiciones físicas, van en búsqueda de sus sueños.

A base de esfuerzo, sudor y fuerza de voluntad, Emilio logró bajar sus propias marcas y poco a poco ir rozándose con deportistas de alto nivel tanto del ámbito local como el nacional. Así fue que llegó a participar de la Maratón Internacional de Mendoza donde obtuvo el cuarto puesto en la clasificación general.

Con energía y aguante, Emi se levanta cada mañana en busca de su máxima aspiración: "Sueño con estar en los Juegos Olímpicos". Para ello, en cada ejercitación, la fortaleza y la ambición son sus grandes compañeros ya que entrena en solitario bajo un programa innovador de su actual preparador Gustavo Pérez, oriundo de General Alvear.

Actualmente, Juan Emilio transita 100 km semanales para ganar ritmo, fuerza y sobretodo resistencia. Esa energía es la necesaria para ser un atleta de fondo en la élite. Y como a la mayoría de los que habitan el suelo argentino, los problemas económicos no son una excepción. Este disciplinado joven de 25 años, necesita de la ayuda de sponsors para poder costear necesidades básicas de un deportista como lo son la equipación, suplementos deportivos, viajes y demás.

El camino de Juan Emilio Medina no es fácil, pero tampoco será imposible, entrenando de lunes a lunes, estudiando el profesorado de educación física y llevando una rutina sana sin excesos, sin duda que lo depositarán cada vez más cerca de llegar a esa tan ansiada meta.