La estrella de los Lakers, quien ayer había superado al ídolo fallecido hoy, rompió en llanto al bajar del avión que lo traía de vuelta a Los Ángeles.
Se respetaban y se admiraban. El vínculo entre ellos trascendía la rivalidad. Y tras la muerte de Kobe Bryant, una de las postales más tristes del domingo la entregó LeBron James al enterarse de la tragedia.