Miguel Pesce, presidente de la entidad monetaria, defendió los cambios en las normas cambiarias.
Miguel Pesce, presidente del Banco Central, defendió las medidas anunciadas en relación con la administración de las importaciones y aseguró que fueron tomadas para evitar una “devaluación brusca” de la moneda nacional y reducir la demanda de dólares.
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Dichas medidas endurecen las condiciones necesarias para acceder al mercado de cambios con el fin de pagar importaciones, achicando cupos mensuales, poniendo el foco sobre las compras de empresas.
"Debido a la situación internacional ha habido un incremento importante en el precio de la Energía y nos está trayendo dificultades en la balanza de pagos y la balanza cambiaria. El mes pasado pagamos 1600 millones de dólares y este mes están en el orden de los dos mil millones. Hay que pagarlas al contado y nos trae dificultades en la balanza cambiaria. Sobre un total de 8000 millones, dos mil millones son de energía", destacó el titular de la entidad monetaria en declaraciones periodísticas.
En tanto, aseguró que "la forma de salvar la situación esos meses sin generar procesos recesivos es que las empresas consigan financiamiento para el pago de importaciones. No es bajar el volumen de importaciones. Es bajar el nivel de pagos".
"El mercado que fija precios de dólar con títulos públicos es pequeño. Opera 60 millones de dólares diarios. El mercado oficial, mil millones de dólares diarios. El dólar ilegal, se estima, opera algunos millones de dólares diarios. Cualquier movimiento especulativo mueve esas referencias. No necesariamente tiene que ver con las medidas que tomamos ayer", amplió respecto al salto de los dólares paralelos.
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Por último, Pesce mencionó la situación difícil de las reservas y señaló la demora del campo en la liquidación: "Tenemos problemas estacionales. Las importaciones de energía se aceleran entre mayo y agosto y hay estacionalidad en el ingreso de las exportaciones agrícolas. Es cierto que hemos tenido más ingresos por exportaciones de trigo y maíz, pero el ingreso de la cosecha de soja viene retrasado un 18% respecto del año pasado. Son 2200 millones de dólares que todavía no han ingresado".