Gerardo Domínguez es uno de los personajes más queridos del reality de pasteleros. Volvió en el repechaje y promete ir con todo. El pasado domingo dio un mensaje de amor que trascendióla pantalla, y por primera vez dio una entrevista radial.
Es mendocino, tiene 43 años, y representa a nuestra provincia en uno de los programas más visto de la televisión argentina: Bake Off, por Telefé. Se destaca por su sensibilidad y su disciplina para realizar tortas, galletas, bizcochos, o cualquier preparación de la pastelería que se te ocurra. Sin embargo, en el programa número 6 sus galletas danesas y una fallida torta cítrica invertida no pasaron la prueba, y el jurado lo dejó ir (algunos creen que sin motivo válido). Pero la justicia poética logró que, dos episodios más tarde, el programa tuviera pautado un repechaje, y el tribunal eligió la torta ajedrez (o damero, como también se la conoce) de Gerardo como vuelta sin escalas a la competencia.
El jurado está conformado por Christophe Krywonis, Pamela Villar y Damián Betular, todos cocineros y pasteleros sobresalientes… y temidos. Cada domingo son ellos quienes disponen una prueba técnica y una prueba creativa para que los pasteleros amateurs muestren sus creaciones y su capacidad técnica para llevar adelante los retos propuestos que, a los ojos de los inexpertos, suelen parecer imposibles. Sin embargo, los participantes se las ingenian para acercarse lo más posible a los objetivos planteados.
Gerardo es uno de los participantes más simpáticos y más queridos por el público y por sus compañeros. Por primera vez dio una entrevista radial, y admite que es distinto a cualquier otra nota que pueda dar en tele, diario o redes sociales: “Me encanta conectarme con los mendocinos a través de este medio” mencionó en Aurora 91.3. En el último capítulo debían realizar una torta “inestable” que representara lo que ellos consideraban "amor". El mendocino realizó un pastel que tenía como mensaje la transversalidad del amor, que escapa de las diferencias por etnia, por género, o cualquier condición, y frente a esto, agregó que: “El amor me salvó la vida. Pero no sólo el amor de pareja, sino cualquier relación que pueda tener este sentimiento: de familia, de amistad, de hermanos. El amor se ve, no requiere de palabras. Puede verse en un abrazo, en una mirada que diga que estás ahí.”
Gerardo comentó que el grupo humano que se ha formado es increíble: “No queremos que nadie se vaya. Por ejemplo, Marcos es fenomenal. Es cuasi adolescente, tiene una energía joven, pero no saben lo genial que es. Hace pastelería adolescente, lo quiere terminar rápido. Yo espero llegar un poco más lejos (risas).” Contó también que las historias de vida son tan variadas como especiales, que la post-producción puede hacerlos ver como soberbios, pero en la vida real no lo son. El pastelero define al proyecto de Telefé como un gran desafío para el canal, por la diferencia generacional, las distintas culturas que confluyeron en la competencia y a pesar de esas diferencias, se ha creado un ambiente sin igual.
El programa fue grabado entre julio y agosto del año del 2019. Fueron dos meses intensos que iban a verse plasmados en la televisión en septiembre. Luego fue pospuesto para enero, y finalmente salió al aire en marzo. Las vicisitudes llevaron a que Bake Off fuera una gran compañía para los argentinos que están atravesando el aislamiento social, preventivo y obligatorio y que también fuera la producción televisiva más vista y comentada del 2020. Ya se sabe quién es el gran ganador, pero por contrato con cláusula de confidencialidad, tendremos que esperar siete capítulos más para saberlo.
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