Este martes 10 de noviembre desde las 17 se presenta, de manera virtual, la obra póstuma de la aclamada escritora argentina (y mendocina por adopción) Liliana Bodoc: se trata de "Memorias de una alcahueta", un libro dentro del universo de ficción de sus Memorias Impuras (2007). 

Galileo Bodoc, su hijo y autor del prólogo del libro, recordó a Liliana en Aurora 91.3, como artista y mamá: “Más allá de la calidad literaria y todo el compromiso y la coherencia ideológica que ella expresó en cada uno de sus libros, también lo que le abrió la puerta a ser una artista pública es haber tomado un género que hace unos años era principalmente masculino, euro céntrico y hasta patriarcal. Que una artista mujer, latinoamericana, le haya dado a nuestro lado del mundo una épica fantástica de esa magnitud es lo que la catapultó a ser una persona pública. Luego cada uno de sus libros confirmó la artista que era”.

“Ella siempre fue una madre que nos inculcó el saber cultural, artístico. En el seno de mi familia siempre nos atravesó la creatividad, de alguna manera fue muy orgánico acompañarla a ella en su camino como escritora. Siempre nos incluyó, no sólo como familia, sino también como grupo creativo, de consulta. Estuvimos muy cerca siempre de sus obras”, señaló Galileo en Aurora de tarde.

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Y contó: “Los últimos años empecé a trabajar formalmente con ella, siendo su representante, trabajando en el proceso de cada libro. Su partida fue dolorosísima, lo es aún, pero comprobamos cómo fue tan fuerte y comprendimos le lazo enorme que se genera con un escritor que te transmite, que te emociona, hay un lazo para toda la vida. Cuando hablo de Liliana hablo en presente, porque sigue transformando la realidad cada vez que alguien abre alguno de sus libros o escucha alguna de sus charlas. Dejó testimonios muy valiosos”.

“Está más presente que nunca. De hecho una de las actividades de la Feria del Libro la hace mi tía, que es su hermana, que es presentar al público lo que hemos creado que es la Fundación Liliana Bodoc. La intención es darle continuidad a sus actos”, sostuvo el hijo de la artista que falleció en 2018 dejando una rica obra como legado.

Sobre “Memorias de una alcahueta”, detalló: “Es un libro distinto en algunos aspectos, de hecho uno de ellos es que es un texto teatral que trabajamos hace varios años, que escribió inspirándose en el universo de la novela “Memorias impuras”, tomando algunos elementos de ese mundo y un par de personajes y los reformuló y los hizo dialogar en una historia paralela que luego pudimos poner en vivo en Buenos Aires. La hicimos colectivamente, fue un acto creativo lleno de gente. El texto sufrió un montón de modificaciones y hoy por fin lo editamos y se lo acercamos al público”.

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“La co protagonista de la obra, que es un personaje tomado de la novela “Memorias impuras”, es una alcahueta del Gobernador y sin embargo transita un amor con un poeta revolucionario, subversivo al poder y se encuentra en una gran dicotomía entre el amor y el hambre”, indicó.

Respecto de Liliana, expresó: “La considero una artista grandísima y agradezco el accidente de haber sido testigo tan cercano de una mujer de ese calibre, que nos sigue enseñando, nos sigue sorprendiendo. Está a la altura de los grandes artistas clásicos. Invito a la gente que no la conoce que se aproxime a su obra, no lo va a defraudar”.

“Liliana estudió la carrera de Letras en la UNCuyo cuando yo ya iba a la escuela primaria, recuerdo muchos días de ir con ella a la Ciudad Universitaria y sentarme en el buffet a tomar café con leche y esperarla mientras cursaba. No logró terminarla, pero muchos años después la nombraron Doctora Honoris Causa, lo cual fue una honra al gran esfuerzo que hizo siendo madre, ama de casa y estudiando paralelamente por amor a la Literatura”, cerró.

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