La actriz y cantante habló por primera vez del trastorno neurológico que sufre a sus 45 años. Qué es y cómo le afecta.
Natalia Oreiro contó que fue diagnosticada con una enfermedad neurológica que la hace sentirse incómoda ante ruidos cotidianos: misofonia. A pesar de que lo sufre desde chica, es tan difícil de diagnosticar que recién en su adultez encontró una explicación para los síntomas que la aquejan a diario.
¿De qué se trata? La enfermedad es de origen idiopática, es decir de causa desconocida. Habitualmente se considera un trastorno neurológico que genera una intolerancia a ciertos sonidos, como los producidos por el goteo de agua, la masticación, la explosión de una bomba de goma de mascar o los sonidos repetitivos como el golpeteo con un lápiz. Incluso, las personas que padecen esta enfermedad, pueden llegar a pasar por altos niveles de ansiedad, disgusto, ira y miedo, debido a algunos ruidos específicos.
Según las estadísticas, afecta a un bajo porcentaje de la población mundial y no tiene cura.
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¿Cómo se lo puede tratar? En definitiva el tratamiento consiste en hacer terapia o cambios de estilo de vida, como usar protección contra los ruidos o crear zonas “libres de ruido” en el espacio donde vive la persona.
“Un tema que tengo con ciertos ruidos que generan las personas y me causan ansiedad. Desde chica me hace sentir muy vulnerable. Cuando las personas descargan ansiedad con algún movimiento a repetición, las personas con misofonia absorbemos esa ansiedad”, explicó la actriz en una entrevista con la revista ¡Hola!
También se la conoce como Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido (SSS), el cual tiene que ver con una hipersensibilidad que puede responde a sonidos por debajo de una conversación normal, más precisamente, de entre 40 y 50 decibelios.
En ese sentido, Natalia agregó la ansiedad, la palpitación, y el sudor frío, a sus principales síntomas. Incluso, también le influye en la concentración, ya que, por ejemplo, cuando iba al colegio no podía rendir el examen en la misma aula que el resto, debido a que los distintos ruidos no le permitían concentrarse.
Respecto a la edad, aclaró que aquellos síntomas suelen presentarse entre los 10 y 12 años.
De todas formas, los sonidos disparadores no son los mismos para todo el mundo, aunque generalmente, los ruidos que más le afectan a la gran mayoría, son la respiración y la alimentación. Aunque estos puedan varias, todos los que sufren de misofonía, se ven más afectados si la persona que produce el ruido está más cerca.