El sábado 20, en el Teatro Independencia, tendrá lugar el segundo concierto de la Temporada 2024 de la OFM bajo la batuta del director invitado Lautaro Mura y el solista Julián Salcedo Elías.
La Orquesta Filarmónica de Mendoza (OFM) interpretará el Concierto para piano Nº 20 en Re menor, KV466 y la Sinfonía N°40 en sol menor, K.550 de Mozart.
Las entradas costarán $2500 y pueden adquirirse por entradaweb.com o en la boletería del teatro.
Concierto Nº20 KV466 de Wolfgang Amadeus Mozart
Los románticos no estaban enamorados de Mozart. Les gustaba la historia de su vida, su infancia precoz, sus crisis financieras y su prematuro final. Pero su música era, en opinión general, demasiado cortesana, demasiado inocente, apenas capaz de reflejar el mundo tal y como ellos lo veían. No obstante, el público y los compositores del siglo XIX estaban locos por su Piano Concierto en re menor, K. 466.
El compositor y pianista seguía siendo entonces el ídolo de la sociedad vienesa, y su público estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa que saliera de su pluma. El K.466 fue presentado al mundo en una de sus academias, es decir, conciertos de abono: producidos y protagonizados por W. A. Mozart, como diríamos hoy. El éxito del Concierto el 11 de febrero de 1785 (lo había terminado el día anterior) fue considerable, y se debió en gran parte a la interpretación del exigente compositor, cuya presentación se hizo aún más exigente por el hecho de que la tinta de algunas de las partes orquestales aún estaba húmeda hasta una hora antes de la actuación.
Sinfonía N°40 de Wolfgang Amadeus Mozart
La sinfonía fue interpretada dos veces en abril de 1791. Para estas interpretaciones, Mozart añadió un par de clarinetes a la orquestación, trabajándolos en sus partes de oboe existentes. En el siglo XIX, la obra se conocía principalmente en su versión original, pero interpretarla con los clarinetes se convirtió gradualmente en una práctica habitual en el siglo XX.
La sección de trío, en Sol mayor, es la única música de la sinfonía que Mozart no cambió en su revisión, haciendo de los oboes un salto de color particularmente prominente. La confianza propulsiva se reafirma, por supuesto, y cierra la sinfonía con gran brillantez.