El conflicto de medio Oriente no da tregua.
La agencia de alimentos de la ONU en Afganistán advirtió que se avecina una crisis humanitaria en el país asiático, donde 14 millones de personas enfrentan un hambre severa, tras la toma del poder de los talibanes.
El conflicto en Afganistán, la segunda sequía severa del país en tres años y el impacto social y económico de la pandemia de coronavirus han convertido en "catástrofe" una situación que ya era grave, afirmó Mary Ellen McGroarty, directora de país del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en un mensaje de video desde Kabul para periodistas acreditados en la sede de la ONU de Nueva York.
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McGroarty alertó que la situación es grave, con más del 40% de las cosechas perdidas por la sequía y el ganado devastado, sumado a que cientos de miles de personas se desplazaron dentro del territorio a medida que los talibanes fueron avanzando en los últimos meses: "Realmente ha comenzado la carrera para conseguir comida donde más se necesita", advirtió la responsable de la ONU.
El PMA llegó a cuatro millones de personas en mayo y planea expandirse para llegar a nueve millones "en los próximos meses, pero hay muchos, muchos desafíos", aseguró.
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En ese sentido, McGroarty pidió poner fin al conflicto e instó a los donantes a proporcionar los 200 millones de dólares que se necesitan para llevar alimentos al país y se entreguen en las comunidades antes de que llegue el invierno y se bloqueen las rutas.