Mendoza, de de

Mundo crisis

Rusia promete una respuesta "fuerte" y "dolorosa" a las sanciones de EE.UU.

El presidente ruso, Vladimir Putin, no está nada contento tras la amenza de los Estados Unidos.

Miercoles, 23 de Febrero de 2022

Rusia prometió una respuesta "fuerte" y "dolorosa" a las sanciones estadounidenses anunciadas después de que el presidente Vladimir Putin reconociera la independencia de dos regiones separatistas ucranianas.

"Que no haya ninguna duda: habrá una respuesta fuerte a estas sanciones, no necesariamente simétrica, pero bien calculada y dolorosa para Estados Unidos", dijo el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores.

El lunes, Putin reconoció la independencia de dos provincias separatistas y rusoparlantes del este de Ucrania, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, y allanó el camino para desplegar tropas en ellas, lo que elevó la tensión con Occidente, que desde hace semanas advierte una inminente invasión rusa al país vecino y anunció una serie de sanciones contra Moscú.

Estados Unidos difundió el martes una "primera tanda" de sanciones para bloquear el acceso de Rusia a los mercados financieros occidentales, advirtiendo que hay medidas adicionales "sobre la mesa" en caso de que haya una escalada en Ucrania.


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Un alto cargo estadounidense indicó que el conjunto del sistema financiero ruso podría ser objeto de sanciones. "Rusia ha demostrado que con todo el costo que implican las sanciones, es capaz de minimizar el perjuicio que causan", afirmó la diplomacia rusa, y afirmó que la presión de estas medidas punitivas "no puede influenciar la voluntad de Rusia de defender firmemente sus intereses".

Rusia denunció un "chantaje y una intimidación" por parte de Estados Unidos, pero afirmó que sigue "abierta a una diplomacia basada en los principios del respeto mutuo, la igualdad y la consideración de los intereses mutuos", agregó el ministerio. También anunciaron sanciones la Unión Europea, Japón, Australia, Canadá, Alemania y el Reino Unido.

La más contundente fue la decisión que tomó el martes Berlín, de congelar la certificación del gasoducto Nord Stream2, que ya está terminado, y que iba a aumentar el flujo de energía de Rusia hacia Alemania.