Ucrania asegura que ha hecho retroceder a las fuerzas rusas. EEUU acusa a Moscú de cometer crímenes de guerra.
Nuevos bombardeos de las fuerzas rusas golpearon Kiev y la sitiada ciudad portuaria de Mariupol, aunque Ucrania sostiene que las tropas enviadas por el Kremlin se vieron obligadas a replegarse en varios puntos de un conflicto en el que Estados Unidos acusó a Moscú de "cometer crímenes de guerra".
La capital ucraniana abandonó el toque de queda de 35 horas decretado el lunes, después de que un ataque ruso destruyera un centro comercial y causara al menos ocho muertos.
Este miércoles fue también bombardeado un barrio residencial de Kiev situado a cinco kilómetros del frente. En tanto, el Ministerio ruso de Defensa reportó algunos avances en el sureste de Ucrania y aseguró haber atacado "infraestructura militar" en todo el país.
Kiev y sus aliados, por su parte, sostienen que las tropas rusas han sufrido cuantiosas bajas, están mal equipadas y son incapaces de realizar operaciones complejas. Por primera vez, las fuerzas ucranianas dieron señales de estar a la ofensiva, tras recuperar un poblado cercano a Kiev y atacar a las fuerzas rusas en el sur del país.
La localidad sureña de Mikolaiv, considerada como el último escudo antes de Odesa, continúa siendo siendo escenario de intensos combates, pero sus habitantes dijeron estar decididos a defenderla.
La situación es particularmente dramática en la estratégica Mariupol, una de las ciudades más devastadas por la guerra, que desde hace más de tres semanas está bajo asedio y bombardeo de las tropas rusas.
Las fuerzas ucranianas reportaron combates "pesados" en tierra con la infantería rusa, luego de que el lunes se negaran a acatar un ultimátum de Moscú para rendirse.
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En tanto, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky afirmó que un grupo que iba por una ruta humanitaria pactada con Rusia hacia Mariupol fue "simplemente capturado por los ocupantes", informó la agencia de noticias Europa Press.
En ese sentido, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, anunció este miércoles que el Gobierno de Estados Unidos llegó a la conclusión de que Rusia cometió "crímenes de guerra", tras "documentar y evaluar" pruebas de ataques deliberados a civiles durante la operación militar.
Según indicó el consejo municipal de Mariupol en Telegram, un total de cerca de 45.000 residentes de la ciudad fueron evacuados.
Sin embargo, casi 100.000 personas más permanecen en la ciudad "en condiciones inhumanas, bajo bloqueo, sin comida, sin agua, sin medicamentos y bajo bombardeo constante", dijo Zelenski.
Antes de la guerra, Mariupol, a orillas del mar de Azov, tenía 430.000 habitantes.
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, llegó este miércoles a Moscú para "continuar las discusiones humanitarias con las autoridades rusas", anunció el organismo en un comunicado.
Mariupol es clave para Rusia por servir de puente terrestre entre las fuerzas rusas en Crimea, en el suroeste, y los territorios bajo control ruso en el norte y este.
Las agencias de la ONU estiman que cerca de 3.000 personas murieron violentamente en esa ciudad, aunque advierten que podrían ser muchas más, dado que se desconoce el balance real.
Mientras prosiguen los combates en el terreno, las negociaciones entre las partes continúan con algunos avances.
Un mes después de que Rusia lanzara su operación militar en Ucrania, el pasado 24 de febrero, los diálogos de paz han permitido la instauración de corredores humanitarios para evacuar civiles y el gobierno ucraniano afirma que desea someter a referendo algunas de las exigencias de Rusia.
Pero, según el canciller ruso, Serguei Lavrov, las conversaciones con Kiev son "difíciles" porque "la parte ucraniana cambia constantemente de posición".
El principal negociador ucraniano, Mijailo Podoliak, también admitió que las negociaciones son "difíciles", según él, porque "la parte ucraniana tiene posiciones claras y de principio".