La planta Azovstal es el último bastión de Ucrania en el estratégico puerto del sudeste del país que las fuerzas rusas intentaban terminar de tomar.
Decenas de civiles comenzaron a ser evacuados de las instalaciones de la gigantesca acería Azovstal, el último bastión de resistencia ucraniana ante las tropas rusas.
En la evacuación de la planta situada en la estratégica ciudad emplazada sobre el Mar Azov que era asediada desde hace varios meses intervenía personal de Naciones Unidas.
Autoridades rusas indicaron que decenas de civiles llegaron a un pueblo que era mantenido bajo el control de sus militares.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró que los civiles hacia la población de Zaporiyia, aún bajo control de las tropas que le responden.
"El primer grupo de unas 100 personas ya se dirige al área controlada", tuiteó el mandatario. "Mañana nos reuniremos con ellos en Zaporiyia. ¡Agradecidos con nuestro equipo! Ahora ellos, junto con la ONU, están trabajando en la evacuación de otros civiles de la planta".
Según reporta BBC, la ONU indicó que el convoy de evacuación llegó el sábado por la mañana, pero no dio detalles sobre adónde se llevaba a las personas o cuántas se habían ido. Alegó que compartir detalles podría poner en peligro la seguridad de la operación.
La información surgió tras informes contradictorios en los medios sobre el destino de una veintena de civiles que lograron escapar desde la noche del sábado.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que casi 50 civiles abandonaron la acería sitiada, algunos de los cuales fueron llevados a Bezimenne, un pueblo en territorio ocupado por Rusia en Ucrania.
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La agencia de noticias Reuters informó que uno de sus fotógrafos apostados en el pueblo había visto llegar a más de 50 civiles en un convoy, e informó que el personal de la ONU estaba en el área.
En tanto, autoridades de ambos países mantienen negociaciones para la liberación de los aproximadamente 1.000 civiles que aún permanecen atrapados en el interior de Azovstal.
"Bloqueen esta zona industrial para que no pueda pasar ni una mosca", indicó Putin a sus tropas la semana pasada, tras anunciar que la ciudad de Mariúpol había sido tomada.
El alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, declaró a la BBC que las personas que permanecen dentro de la fábrica están "en el límite entre la vida y la muerte".
"Están esperando, rezando por un rescate. Es difícil decir cuántos días u horas tenemos para salvarles la vida", sostuvo el jefe comunal.
La intención de Rusia, según analistas internacionales, es terminar de tomar Mariúpol para apoderarse de toda la costa sur ucraniana, y de esa manera hacerse de un corredor entre las regiones prorrusas separatistas de Donetsk y Luhank, en el este de Ucrania, con la anexada península de Crimea.
Por otro lado, el subcomandante del regimiento Azov del Ejército de Ucrania, el capitán Svyatoslav Palamar, sostuvo que todavía había varias personas heridas en la planta siderúrgica.
"Todavía hay heridos en la planta también. Todavía no han sido evacuados, pero esperamos que se los lleven de aquí. Su estado es grave, necesitan tratamiento médico adecuado, nutrición adecuada para recuperarse", expresó el militar a BBC, quien además hizo hincapié en la escasez de agua y alimentos.
Los que quedamos estamos "tratando de estirar lo que tenemos el mayor tiempo posible", expresó Palamar, al tiempo que aseguró que no hay intenciones de rendirse ante las tropas rusas, y que están dispuestos "a contraatacar".