En total serán 38.472 mesas de votación en Chile y 286 en el extranjero.
Los chilenos y chilenas irán este domingo a las urnas para decidir el destino del proyecto de nueva Constitución que busca dejar atrás a la escrita durante la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet (1973-1990), la cual podría seguir vigente si gana la opción de rechazo al texto, como anticipan las encuestas.
Según los sondeos, la opción "rechazo" supera en cerca de diez puntos porcentuales a la de "apruebo", aunque el cierre de campaña generó dudas, después de que el sector a favor del nuevo texto constitucional realizara el jueves un acto masivo en Santiago, que según sus organizadores alcanzó las 500.000 personas, mientras que los que se oponen apenas juntaran a unos cientos de adherentes.
Las estimaciones de las encuestas contrastan también con el 80% que en el plebiscito de 2020 votó a favor de redactar una nueva Constitución, una de las demandas de la ola de protestas que sacudió al país un año antes en reclamo de mayor justicia social en un país muy desigual.
El contenido de la nueva Carta Magna recibió críticas tanto de la derecha como desde el oficialismo, que ya anticipó que habrá cambios al texto en caso de ganar el apruebo.
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Algunos de los aspectos que se consideran más controvertidos están vinculados al nuevo Poder Judicial, el consentimiento indígena para cambios constitucionales, la eliminación del Senado por la Cámara de las Regiones y la reelección presidencial.
La actual Constitución pinochetista, a pesar de tener una importante reforma en 2005, durante el Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), fue el centro de los reclamos ciudadanos durante el estallido social de octubre de 2019, que llevaron a un acuerdo entre la mayoría de los partidos para redactar una nueva Carta Magna.
Por eso, cualquiera sea el resultado del domingo, el proceso constitucional seguirá su rumbo, ya que de aprobarse deberá implementarse con leyes que legisle el actual Congreso, que está dividido casi a la mitad entre fuerzas de derecha e izquierda y, en caso de rechazarse, los parlamentarios deberían buscar un nuevo camino constitucional.
El plebiscito se realizará este domingo de 8 a 18 (9 a 19 de Argentina), con más de 15 millones de personas habilitadas para sufragar, de las cuales hay casi 100.000 en el exterior.
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A diferencia de otras elecciones, el voto será obligatorio, por lo que todo el padrón podrá volcarse a las urnas, lo que genera algo de incertidumbre en el resultado, ya que en Chile el sufragio es voluntario y solamente cerca del 50% asiste habitualmente a los centros de votación.
Al ser obligatorio y por la importancia de la elección, el Servicio Electoral de Chile (Servel) proyecta que votarán más de las ocho millones de personas que lo hicieron en la segunda vuelta presidencial de diciembre pasado, cuando Gabriel Boric fue electo con la participación de 55,02% del padrón.
Ante una gran afluencia de personas, no se descarta que las mesas cierren después del horario programado.
En total serán 38.472 mesas de votación en Chile y 286 en el extranjero, distribuidas en 2.914 centros de sufragio en el país y 116 fuera del territorio nacional (3.030 en total).
El transporte público será gratuito en las grandes ciudades, para posibilitar el acceso a los centros de votación y, en el caso de no asistir, las personas podrían exponerse a multas entre 30.000 y 180.000 pesos chilenos (entre 33 y 200 dólares), salvo que sean mayores de 75 años, tengan alguna discapacidad o estén a más de 200 kilómetros de su lugar de sufragio.
Los resultados, según declaró a los medios el presidente del Servel, Andrés Tagle, podrían demorarse un poco más de lo habitual, ante la mayor presencia de votantes que se espera.