El No se imponía con 61,90% de los votos contra 38,10% favorable a la aprobación, cuando se había completado 98,43% del escrutinio oficial.
El rechazo a la nueva Constitución de Chile se imponía con 61,90% de los votos válidos del plebiscito contra 38,10% favorable a la aprobación, cuando se había completado 98,43% del escrutinio oficial.
Paralelamente, mientras dirigentes partidarios de la aprobación admitían la derrota, el presidente Gabriel Boric convocó a referentes de su coalición para este lunes, con el objeto de analizar la continuidad del proceso constitucional.
“Estamos impactados, tristes, pero reconocemos naturalmente la derrota; es una voz que habló de manera muy limpia y que hay que escuchar con humildad y agradecimiento”, afirmó la presidenta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS, partido oficialista), Flavia Torrealba.
“La Constitución de Pinochet está enterrada, el proceso sigue en marcha; vamos a una segunda etapa de esta conversación”, agregó.
Asimismo, la exconvencional Bárbara Sepúlveda, del Partido Comunista, dijo que “Chile va a tener una nueva Constitución; tarde o temprano, la decisión democrática del pueblo se va a volver a manifestar y ese proceso va a representar a las grandes mayorías”.
Por su parte, el presidente Gabriel Boric convocó para este lunes, a las 16, a dirigentes de la coalición gobernante, para analizar en el Palacio de La Moneda la forma de dar continuidad al proceso constitucional y reflexionar sobre el resultado del plebiscito, según fuentes oficiales citadas por medios locales.
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Mientras tanto, simpatizantes del rechazo festejaban en caravanas de autos, que habían tomado las calles de distintos sectores de la capital y de otras ciudades del país, con banderas chilenas y bocinazos.
“Este es el triunfo no de Chile Vamos, sino del sentido común”, dijo el presidente de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, desde uno de los comandos del rechazo.
“Más que festejo, tengo la tranquilidad de que la ciudadanía se manifestó de forma clara: Chile quiere una nueva Constitución, pero una buena Constitución”, afirmó el senador Matías Walker, partidario del rechazo pese a pertenecer al Partido Demócrata Cristiano, que se alineó detrás de la aprobación.