Marcelo Nardecchia, especialista en Patrimonio Cultural, señaló que se podrá ver "un museo totalmente renovado", que rememora la época de esplendor de la Casa Guiñazú.
Este 29 de noviembre se cumplió un año de la inauguración y reapertura del Museo Emiliano Guiñazú Casa de Fader, una joya que reúne una de las colecciones de arte más importante de la región, que a lo largo de su historia supo posicionar a la provincia en el orden de la creación artística.
La restauración, tanto edilicia como de la invaluable colección de arte del museo, requirió de una gran inversión y mayor compromiso del Gobierno provincial. Para ello, se trabajó cuatro años en un proyecto de restauración y puesta en valor, que se llevó adelante en tres etapas y requirió de la intervención de destacados profesionales, especializados en la temática.
Fruto de ese trabajo, el museo recuperó las pinturas decorativas que lo embellecieron a principios del siglo XX, que incluyen los murales del mismo Fernando Fader.
El arquitecto Marcelo Nardecchia, especialista en Patrimonio Cultural, señaló en Aurora 91.3: “El 29 de noviembre pudimos festejar el primer aniversario de la reinauguración del Museo Fader. Lamentablemente en época de pandemia le tocó estar cerrado, pero igualmente valoramos mucho que ya esté de vuelta la actividad cultural de la provincia. En estos días vuelve a abrir sus puertas con protocolos. Los mendocinos van a poder volver a visitarlo”.
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“Lo interesante es que van a ver un museo totalmente renovado, que nunca se vio antes. Porque van a ver las obras de restauración y puesta en valor que se hicieron, que empezaron en 2016 y se va a ver todo el trabajo que se hizo sobre la arquitectura de la Casa Guiñazú y sobre las pinturas murales. Uno va a poder ver la muestra histórica que está instalada, más todo este trabajo que nunca se vio”, explicó en Primera mañana.
Y recordó: “En 2012 se cerró por cuestiones de seguridad, había pasado un sismo y algunos estudios técnicos determinaron que el edificio necesitaba algunos refuerzos estructurales. Se cerró y no se pudo avanzar en estas obras hasta el 2016 que se empezó a trabajar en la primera etapa, que consistió en reforzar toda la estructura de la casa. Es muy importante porque se le dio la estabilidad estructural a la casa y esperemos que nunca más sucedan esas fallas”.
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“Seguidamente se hizo el trabajo sobre la arquitectura, los pisos, los techos, las paredes, los cielo raso, la carpinterías, toda la restauración arquitectónica. Se llevó la casa a toda la época de esplendor, en donde vivía la familia Guiñazú, la época en la que pintó Fernando Fader. Esa imagen se va a ver de la casa”, añadió.
Nardecchia expresó: “Queríamos que el museo tuviese un confort para poder exhibir correctamente las obras de arte y para que el visitante estuviese en un ambiente agradable”.
“El Museo Fader siempre representó la gestión cultural más importante del arte, por su colección, su historia, etc. En el 2016 se fue tomando consciencia de que había que hacer una serie de obras para volver a traer al museo a la vida social y cultural de la provincia. Pero estas decisiones no son simples, son cuestiones complejas y el gobernador Alfredo Cornejo siempre nos preguntaba si realmente íbamos a poder terminar la obra, porque su mayor deseo y su instrucción era que no podíamos empezar algo que no se pudiera terminar. Son obras complicadas, empiezan a aparecer cosas y tomas de decisiones que generan demoras. Esta fue la obra que más recursos tuvo en la provincia en toda su historia, más de 100 millones de pesos; habíamos empezado con 20 millones de pesos en la parte estructural. La toma de decisiones se basaba en el tiempo, los recursos y los recursos humanos; tuvimos la fortuna de contar con grupos de personas muy profesionales, muy comprometidos y eso fue fundamental”, cerró.
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