La jueza técnica no ordenó el traslado a la penitenciaría. Podría volver a la cárcel en los próximos días.
El israelí Nicolás Gil Pérez (40) fue condenado este miércoles a prisión perpetua por el doble crimen de su madre y de su tía, perpetrado en enero de 2019. A pesar de su accionar como un gato con maullidos, gritos y un mal aspecto, nada de esto alcanzó para que un jurado popular pusiera en duda su capacidad de ser condenado por hechos gravisímos contra su propia sangre.
La jueza María Laura Guajardo aplicó la pena máxima, pero no ordenó su traslado a la penitenciaría por lo que el ex militar seguirá en el hospital psiquiátrico.
Su defensa, Maximiliano Legrand y Lautaro Brachetta, sostuvieron durante todo el proceso y el debate que su defendido era una persona inimputable con un padecimiento mental grave.
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Al momento de su exposición ante los doce mendocinos que lo condenaron, Pereg no sólo habló de su condición de gato, sino que negó los hechos y hasta llegó a decir que su mamá le hablaba por las noches y le decía que estaba secuestrada.
Phyria Saroussy tenía 63 años cuando fue asesinada con un lazo y luego su cadáver fue profanado con la introducción de hierros en sus genitales. Por su parte, Lily Pereg (52) fue ultimada a balazos y sus partes íntimas también fueron violentadas con elementos punzantes, post mortem.