Tienen tan sólo 10 y 11 años y se convirtieron en héroes sin capa.
*Por Cecilia Corradetti
Casualidad o causalidad, Thiago Pereyra y Alvin Arenas, oriundos de La Consulta (San Carlos) supieron, días atrás, hacerle honor al nombre de su barrio: “Solidaridad”.
Junto a sus amigos Jano Bustos y Octavio Pacheco, todos de entre 10 y 11 años, pusieron manos a la obra cuando la última tormenta grande en el Valle de Uco, terminó por derrumbar la pared de una humilde vivienda donde vive una familia vecina.
Los cuatro amigos, que suelen juntarse en el playón situado a escasos metros de su casa, se enteraron de la situación que atravesaba este matrimonio con tres hijos y salieron con una caja de zapatos a pedir colaboración.
Lo cierto es que, en las 72 horas que duró la colecta, reunieron 20 mil pesos, ropa y cajas de mercadería.
En ese mismo playón, los chicos habían conocido a dos de los tres hijos de esta familia, que se mudó a La Consulta hace pocos meses y es oriunda de Tupungato.
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“Apenas se enteraron que una pared se había desplomado a causa de la tormenta, lastimando a los chicos, armaron un grupo de Whatsapp y organizaron una campaña casera, es decir, recorriendo las inmediaciones del barrio”, contó a ADN País Verónica Arenas, mamá de Thiago.
La brigada solidaria integrada por cuatro chicos, lograron ayudar a una familia afectada por tormentas.
“Mi hijo entró a casa pidiéndome una caja de zapatos para salir a pedir. Me quedé asombrada, nadie les dio la idea, fue todo organizado por ellos. Con un fibrón escribieron los nombres de sus amigos y emprendieron la marcha”, relató.
El “equipo” solidario regresó un rato después con dinero en el interior de la caja, pero también con otras donaciones, como ropa, mercadería y calzado. El barrio comenzó a solidarizarse a partir de esta acción simple e inocente.
“Al día siguiente, sábado a la mañana, volvieron a salir y también el domingo, a pesar de la llovizna. El total de dinero recaudado alcanzó para tres pares de zapatillas que salimos a comprar con otras mamás y que sabíamos que los tres chicos necesitaban”, relató Verónica, para confesar sentirse orgullosa.
Los niños afectados, de nombre Thiago y Maxi, habían sufrido a raíz del incidente una fractura en la pierna y cortes en la cabeza, respectivamente, hecho que los llevó a permanecer algunas horas en el hospital, aunque luego fueron dados de alta y se encuentran en buen estado.
“Me siento feliz y satisfecha porque creo que este gesto de solidaridad no es común en niños tan pequeños. Se trata de una familia relativamente nueva en el barrio y los chicos se pusieron a disposición de inmediato, sin siquiera conocer demasiado a sus nuevos amigos”, indicó Verónica.
La historia de Thiago, Alvin, Jano y Octavio demuestra que los valores se aprenden en la casa y refleja también, el sentido de la amistad, el amor y la solidaridad.