*Por Antonella Ramirez

Sin lugar a dudas, en los últimos años se ha escuchado mucho la idea de jóvenes mendocinos que deciden emigrar o al menos ponen todo su esfuerzo para eso. La situación económica del país y la inflación imparable son sólo algunas de las razones, pero también hay sueños que quieren cumplir.

En esta ocasión, Nayla Ripari, una joven estudiante mendocina, decidió emigrar a Estados Unidos para trabajar y aprender a hablar inglés de forma nativa, pero lo hizo de una forma muy particular: a través de un programa de niñeras. Aunque hace mucho tiempo que funcionan este tipo de programas, no se conocen muchos casos cercanos en la provincia y ésta es la oportunidad para conocer a fondo una buenísima experiencia desde Norteamérica.

"Siempre quise hacer un work and travel, pero mi problema era el inglés", comentó la joven en una entrevista con ADN País cuando rememoró sus ganas de viajar desde muy chica. Asimismo, aseguró que se enteró del programa gracias a una alumna que ella tenía en clases de gimnasia. Ella es profesora de Educación Física.

Siendo consciente de la existencia de programas de work and travel, sabía que su gran obstáculo era el no poder hablar fluídamente en inglés y como este programa constaba de vivir con una familia a cambio del cuidado de niños, la idea le pareció magnífica. De esta manera, Nayla se contactó con la empresa Argentina Cultural Exchange y comenzó los trámites.

La meta era convertirse en una "au pair". Así se llaman las personas que viajan desde el  extranjero para ayudar a una familia en el cuidado de los niños. Los "au pair" son personas -en su mayoría, mujeres jóvenes- que ayudan a una familia con el cuidado de los hijos.

En su caso particular, las gestiones se vieron obstaculizadas por la pandemia del Covid-19 por lo que tuvo que viajar en 2021 a Chile para poder terminar su visa y así viajar a Estados Unidos en marzo de ese año. Actualmente, Nayla convive con una familia conformada por padre, madre y una sola hija en Bellingham, Washington, USA.

"Tuve una experiencia súper linda, yo la recomiendo al cien por ciento", asegura la joven au pair. Además, recuerda que al llegar al aeropuerto de Seattle, la esperaban el padre e hija que formarían una nueva familia junto a ella. Aunque el inglés de Nayla no era muy bueno en cuanto al habla, considera y agradece que la familia siempre fue muy paciente y la ayudaron a mejorarlo durante meses realizando todo tipo de tareas, juegos y actividades.

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"Es importante la etapa de las entrevistas, que los chicos se saquen todas las dudas sobre la hostfamily y vengan porque se eligen mutuamente con las familias", agrega. Esto lo comenta también al hacer referencia a las malas experiencias que ha conocido y, en muchas ocasiones, las empresas de los programas se "han lavado las manos", pero no deja de destacar que su experiencia "ha sido espectacular".

En el caso de no tener una buena relación con la familia elegida una vez llegado o llegada al país, la au pair o el bro aupair puede elegir un "Rematch". Esto se trata de un periodo de tiempo donde la familia puede buscar a alguien más como también esa persona puede elegir una nueva familia, es importante saber que puede realizarse las veces que sea necesario. "En el caso de no hacer match nuevamente, te volvés a tu país y se termina tu programa", confirma.

"Si bien somos niñeras, es distinto a una "nanny" de acá porque las au pairs vivimos con la familia y convivimos todo el tiempo con los niños", comenta Nayla aunque también aseguró los límites de trabajo que tiene la familia para con ella: 45 horas semanales y 10 horas diarias como máximo, sumado a un día y medio libre a la semana y un fin de semana libre al mes.

Además de lo referido a derechos y cumplimiento de horarios, el sueldo básico de la au pair es de 195.75 dólares, algo así como $92.000 argentinos. Aunque parece poco dinero, la familia está obligada a ciertos puntos en su contrato con la au pair: otorgar una habitación con baño propio, vuelos de ida y vuelta pagos, alimento todos los días, 500 dólares ($233.000 argentinos) al año para pagarse cursos educativos ya que son parte de las obligaciones para la joven dentro del programa.

Aunque no es una obligación, muchas familias también facilitan el uso de un celular con línea de teléfono como también un automóvil para realizar sus actividades laborales e individuales. En paralelo a esto, cada mes hay una persona llamada LCC que contacta a la trabajadora para consultar su situación y estar al tanto ante cualquier problema que pueda surgir.

Cómo es su día como au pair

Nayla se levanta temprano con la niña que cuida, luego de desayunar la lleva al colegio y ella tiene el día libre para hacer sus actividades. Llegado el mediodía, Nayla se encarga de llevarla a sus diversas tareas: ballet, hip hop, gimnasia como también a realizar paseos en parques y jugar juegos en la casa. Entre todo esto, algunas familias deciden que la au pair se encargue de transmitir su lengua natal a través de diversos juegos para que el niño o niña aprenda un segundo idioma.

Aproximadamente a las 19 horas llegan los padres de la familia y la niñera vuelve a sus horas libres. Justamente este momento suele coincidir con el horario de cena. "El lugar donde yo vivo es muy bonito, hay mucha naturaleza y lugares para salir a caminar, disfrutar el deporte. Entonces es muy raro que una se aburra, ya que siempre hay algo para hacer", habla Nayla mostrando su amor por Bellingham.

Lo bueno y lo malo de viajar para ser au pair

Aunque no parezca, siempre hay algo llamativo como algo que entristece cualquier experiencia. Cuando se trata de cambiar de vida para comenzar una nueva etapa en otro país, esto se ve reflejado aún más.

Sobre esto, Nayla asegura que lo positivo es "conocer personas con distintas culturas como también sus idiomas y eso ayuda a abrir tu mente al enfrentarte con otras culturas". Asimismo, la joven no dejó de lado los temas económicos y asegura que es muy diferente a Argentina porque "a pesar de tener un sueldo muy mínimo, te permite viajar y ahorrar".

"Eliminas tu vida por completo. Dejas tu vida, tu familia, tus amigos, tu trabajo, tus comidas y uno empieza a extrañar todas esas cosas", dice la au pair sobre el aspecto negativo que ella ha podido descifrar de su experiencia. "Se extrañan momentos, pero acá también he creado mi vida y me siento como en casa", aseguró.

Antes de concluir la entrevista, la joven mendocina destacó: "He conocido personas muy lindas, he hecho amigos de todas partes del mundo". A su vez, expresó que los dos años vividos allá han sido increíbles. Por último, quiso terminar diciendo: "Lo que más me llevo son las personas y los vínculos que he logrado, me agradezco por haberme animado y haber salido de mi zona de confort".

Condiciones y requisitos del programa

Entre los requisitos que la empresa pide para cualquier jovencita que deba formar parte del mismo, se destacan: tener entre 18 y 26 años, ser soltera y sin hijos, no tener antecedentes penales, 200 horas como mínimo de experiencia en cuidado de niños, título secundario completo, carnet de conducir válido y un nivel de inglés básico conversacional.

Cuando la persona se decide por empezar el programa, la empresa pide todos estos papeles como también consultan detalles como trabajos, hobbies y descripciones de la personalidad en general. Una vez superado este paso, comienza la etapa de las entrevistas donde una asesora de la empresa las evalúa para luego crear un perfil que pueden ver las distintas familias que necesiten una niñera para sus hijos.

El momento más importante es "hacer match" con las familias, es decir, tener una buena conexión y querer vincularse. Esto se decide justamente entre los padres e hijos, como también de acuerdo a lo que considere la futura au pair.

Una vez terminados estos pasos particulares del programa, se llevan a cabo los trámites de Visa y en embajada para que luego la misma empresa facilite los vuelos.