Un mendocino fue el único médico argentino en participar de una extraordinaria misión en Kenia
Oriundo de Luján de Cuyo, formó parte de un equipo médico integrado también por seis norteamericanos, que realizó en Nakuru, ciudad muy pobre de Kenia, cirugías reconstructivas en pacientes sin recursos. Su historia.
Sabado, 21 de Octubre de 2023
Por Cecilia Corradetti
En lo que, seguramente, fue una de las experiencias más enriquecedoras de su vida y de su carrera, el traumatólogo mendocino Francisco Aguiar, de 27 años, fue el único argentino que participó en Kenia, Africa Oriental, de una misión solidaria que consistió en operar a pacientes sin recursos con malformaciones severas.
Se trató de la primera misión en Kenia llevada a cabo por la fundación MissionPlasticos, organización que nació en Los Angeles, California.
Durante ocho largas jornadas la comitiva, que se instaló en Nakuru, no tuvo descanso, ya que iniciaba el trabajo desde muy temprano y se prolongaba hasta la noche.
En el Nakuru Hospital Level 5 los médicos atendieron reconstrucciones de lesiones, quemaduras severas, heridas de mano y diferentes malformaciones de nacimiento o generadas por accidentes.
Por falta de insumos y recursos, estas intervenciones y tratamientos son imposibles de realizar por los médicos locales. Es así que la fundación lleva los insumos necesarios, lo que implica una logística importante. Al final de la estadía, los elementos e instrumentos que no fueron utilizados se donan al hospital.
“Habíamos realizado una experiencia parecida en Chaco el año pasado, pero esta misión fue de un gran impacto por la pobreza del país y por las numerosas necesidades que padecen los pacientes”, indicó Francisco en diálogo exclusivo con ADN País.
“Hemos observado muchas patologías infantiles y en especial una muy característica de la zona. Los padres, para que sus hijos dejen de toser, les cortan la gargantilla y luego cauterizan con una cuchara caliente. Esto genera múltiples consecuencias porque son heridas que cierran la vía aérea, muchos no respiran ni hablan adecuadamente.
Liberar esa zona aérea en los menores fue una práctica muy común durante esos días”, señaló, para anticipar que el año próximo realizará nuevamente otra misión a Africa.
“Fue una semana intensa donde llevamos a cabo cirugías de alta complejidad y, a la vez, de recibir enormes muestras de cariño por parte de los pacientes, que se mostraron felices y agradecidos con nuestra labor”, reflexionó. Su rol como traumatólogo fue clave en las cirugías, muchas de las cuales involucraban los huesos, algo que excedía a los cirujanos plásticos.
Mendocino de pura cepa
Hijo de Gonzalo Aguiar, también médico, y de Verónica Pirutti, arquitecta, Francisco vive en Luján de Cuyo y tiene dos hermanos, Felipe y Fausto.
En plena carrera universitaria quedó seleccionado para participar de las olimpíadas médicas, un examen riguroso de 100 preguntas y cuyos premios consistían en becas estudiantiles.
Francisco resultó uno de los tres estudiantes premiados y, así, accedió a una enriquecedora experiencia en la universidad de Goethe, Frankfurt, Alemania, donde conoció a John Barker, un cirujano plástico con quien entabló una excelente relación profesional.
“Como miembro de esa fundación, John me convocó para una misión en Chaco y enseguida acepté. Lo que vivimos allá fue muy especial, increíble”, relató.
De regreso en Mendoza, continuó su labor en la Clínica Francesa, donde sigue trabajando. “Este año –continuó-- recibí un correo del presidente de MissionPlasticos, Larry Nitchten, quien me convocaba para realizar una experiencia en Kenia. No lo dudé”, recordó.
Nakuru es una ciudad extremadamente pobre donde el acceso a la medicina tiene grandes dificultades.
“En primer lugar hicimos una evaluación de los pacientes más comprometidos, quienes habían sido informados de nuestra visita a través de los médicos locales. Problemas muy difíciles de resolver en ese contexto”, relató.
Los candidatos a las cirugías pasaron por diferentes estaciones, entre ellas charlas previas con el equipo de cirujanos, con la enfermera y anestesistas. Iniciada la ronda de cirugías, el equipo casi no tuvo descanso y realizó un total de 56 intervenciones, la mayoría de alta complejidad.
El equipo médico que integró este joven profesional mendocino fue reconocido por el gobierno de Kenia, que realizó un evento de agradecimiento y premiaron con estatuas de animales de Africa a cada miembro del grupo.
“Además de capacitar a los cirujanos locales, hemos dejado equipamiento de primer nivel en el hospital. Fue una misión exitosa y regresamos con una gran satisfacción y la promesa de regresar el año próximo”, adelantó Aguiar.
El desafío para la próxima misión no será fácil, según advirtió.
“A las mujeres en Kenia, antes de iniciarse sexualmente, les cortan el clítoris. Es una tradición que significa que es una mujer honrada. Esto causa mucho dolor, heridas y cicatrices que en muchos casos hay que tratar médicamente y que no suelen confesarlo por tabú o vergüenza”, manifestó.
Gratitud hacia la UNCuyo
Agradecido con la UNCuyo, sostuvo que “brinda herramientas y oportunidades para hacer lo que uno desee en la carrera y con docentes de primer nivel. Luego está en uno saber aprovecharlas”, concluyó.