El Gobierno mendocino inició el proceso para el combate de la lobesia botrana, conocida como "polilla de la vid". Aportará en total unos 6.200 millones de pesos y esta vez no habrá fondos que lleguen de Nación. Estas cifras se mencionaron en una reunión que hubo la semana pasada entre el Ministro de Producción, Rodolfo Vargas Arizu y entidades representantes del sector vitivinícola.

Mendoza buscará llegar a más de 7.000 propiedades (120.000 hectáreas de vid) de los oasis Norte, Este, el Valle de Uco y Sur.

Los viñateros avalan la apuesta provincial y se descargaron contra el Estado nacional por evadir lo que consideran una responsabilidad primaria ya que "la plaga ingresó por culpa de Senasa", remarcaron a unísono.

Según informó el Gobierno, la campaña prevé el servicio de tratamientos aéreos para al menos 80.000 hectáreas de cultivos en los oasis Norte y Este de la Provincia. Como en años anteriores, se emplearán productos insecticidas específicos y de bajo impacto ambiental, para el control de la primera generación de la plaga.

Está previsto también implementar la técnica de confusión sexual (TCS) en 40.000 hectáreas de vid, mediante feromonas pulverizables y colocación de emisores. Se incluirán en esta técnica, 1.000 ha destinadas a la producción de uva de mesa, a fin de favorecer el cumplimiento de las exigencias sanitarias que establecen los protocolos de comercialización para este tipo de producción.

En el caso del oasis Sur, considerado prácticamente libre de la plaga, se realizarán acciones de control preventivo mediante la implementación de la TCS en 1.000 hectáreas de vid.

El proceso comenzó con la resolución que emitió Iscamen por la cual autorizó el llamado a licitación para la adquisición de "emisores de feromona para control de la lobesia botrana", destinados a cubrir "las necesidades del programa" para el control de la plaga.

Para este fin, el monto aproximado a invertir será de $2.625 millones, tal como establece el artículo 1 de norma que lleva la firma de José Orts, presidente del organismo.

Además, se prevé la adquisición de productos para la aplicación terrestre destinados al control de la primera generación del insecto, en una superficie estimada de 30.000 hectáreas, destinada a productores del Valle de Uco.