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Cuidados para evitar un golpe de calor

Los adultos mayores y los más chicos son los más vulnerables al calor.

Viernes, 1 de Noviembre de 2024

Debido a las altas temperaturas que se están registrando y que se extenderán toda la semana, el Ministerio de Salud y Deportes brinda recomendaciones a la población para evitar un golpe de calor.

¿Cuáles son los síntomas y qué hacer cuando esto ocurre?

El agotamiento y golpe de calor son trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o el esfuerzo físico intenso.

En estas situaciones, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura. El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor y la temperatura del cuerpo alcanza los 40° C o más.

Entre las medidas a tener en cuenta, se aconseja beber abundante agua durante todo el día, evitar el ejercicio físico al aire libre en horas de sol intenso y permanecer en lugares frescos.

La ingesta calculada de la población sana es entre 2 y 2,5 litros sumando bebidas y alimentos. En la época de altas temperaturas se debe agregar, por pérdidas adicionales por la temperatura ambiental y el ejercicio. La sed no es una alerta eficaz para una hidratación suficiente. La sensación de sed aparece cuando ya se ha perdido el 1 a 2 por ciento del peso en agua.

Teniendo en cuenta que la mejor fuente de ingesta es el agua potable y pura, su ingesta diaria no debería ser menor a las dos terceras partes de la recomendación diaria de agua, aproximadamente un litro y medio.

También es importante evitar el consumo de bebidas alcohólicas o muy dulces y las infusiones calientes; usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros y protegerse del sol con sombrero o gorra.

Las personas mayores de 65 años y los niños y quienes padecen enfermedades crónicas, respiratorias o cardíacas, hipertensión arterial, diabetes y obesidad deberán extremar más los cuidados.

Recomendaciones para los grupos de riesgo

Para lactantes y niños pequeños

Dar el pecho a los lactantes con más frecuencia.

Hacer que beban agua fresca y segura.

Trasladarse a lugares frescos y ventilados.

Ducharse o mojarse el cuerpo con agua fresca.

Adultos mayores y personas con enfermedades crónicas

Tomar abundante líquido, en especial agua, al menos 2 litros diarios y con frecuencia, aunque no se sienta sed.

Evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día.

Cubrir la cabeza con sombrero o gorra y vestirse con ropa ligera, de colores claros.

Usar anteojos para protegerse del sol.

Para los jóvenes y adolescentes

No consumir bebidas con alcohol, ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente tomar cerveza para aliviar la sed y el calor.

Evitar los esfuerzos físicos o actividades deportivas exigentes.

Sentarse y descansar cuando sientan mareos o fatiga.

Recordar las recomendaciones generales sobre la hidratación, alimentación y refrescar el cuerpo.