El monóxido de carbono en los hogares representa un peligro invisible y silencioso. Por eso, en invierno es vital prevenir la intoxicación. El ABC para resguardar la salud de la familia.
Invisible e inodoro, el monóxido de carbono (CO) representa una amenaza silenciosa que cada año causa numerosas intoxicaciones e incluso muertes. La buena noticia es que estos accidentes son totalmente evitables con medidas simples de prevención.
La prevención es la mejor herramienta contra este enemigo invisible. Siguiendo algunas recomendaciones, es posible disfrutar del invierno sin poner en riesgo la salud de nuestras familias.
Con la llegada del invierno y la necesidad de calefaccionar los hogares, aumenta el riesgo de intoxicaciones por monóxido de carbono (CO), un gas letal que se genera por la combustión incompleta de materiales como gas, leña, carbón o kerosene.
El monóxido de carbono se produce cuando no hay correcta combustión en artefactos como estufas, calefones, cocinas o braseros. Lo preocupante es que no tiene olor, color ni sabor, lo que hace casi imposible su detección sin un detector específico. Por eso, la prevención es clave.
La intoxicación por monóxido de carbono puede manifestarse con síntomas como dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, debilidad, confusión o somnolencia. En casos graves, puede provocar pérdida del conocimiento e incluso la muerte.
Cómo evitar intoxicaciones
Qué hacer en caso de emergencia
Si se sospecha una intoxicación: