Con el crecimiento del tránsito hacia Chile, especialmente en temporada alta, la Ruta Nacional 7 sumó una herramienta clave para ordenar la circulación y mejorar la seguridad vial: tres paradores destinados a vehículos livianos ya están en funcionamiento y permiten aliviar la presión sobre el Paso Internacional Cristo Redentor.

Instalados en Uspallata, Penitentes y Punta de Vacas, estos espacios fueron inaugurados a fines de diciembre, a partir de una iniciativa del Gobernador Alfredo Cornejo, en un trabajo conjunto entre Vialidad Provincial, Vialidad Nacional, Gendarmería Nacional y la Municipalidad de Las Heras.

Con capacidad para 1.250 autos y camionetas, los paradores cumplen un rol estratégico en momentos de alta demanda y condiciones climáticas adversas, típicos de la alta montaña.

Tres puntos clave en la alta montaña

El primero de los paradores está ubicado dentro del Área de Control Integrado (ACI) de Uspallata. Los otros dos se encuentran más al oeste en la cordillera: uno, en Penitentes, y otro, en Punta de Vacas.

Allí, vehículos particulares pueden detenerse de forma segura mientras se regula el tránsito hacia el paso fronterizo, lo que permite mejorar la fluidez y evitar saturaciones en la ruta. Hay baños y juegos para niños o adultos, como metegol, entre otros.

El movimiento en esta zona es intenso durante todo el año, con unos 400 vehículos livianos promedio por día. Durante los feriados largos y en temporada alta, esa cifra puede triplicarse. Por este motivo, el número de vehículos particulares que puede albergar Uspallata es de hasta 800 autos, Penitentes, unos 250, y Punta de Vacas, hasta 200.

Además, por la Ruta 7 circulan entre 1.200 y 1.300 camiones por día. También cruzan unos 30 ómnibus y vehículos de tour de compras cada día.