Este sábado 2, a las 21, la Orquesta Filarmónica de Mendoza se presenta con el maestro Luis Gorelik como director invitado. Previo al concierto, ofreció una entrevista donde recorrió su historia con la prestigiosa institución.
Este fin de semana tendrá lugar el séptimo concierto de abono titulado Raíces y trascendencia: la melodía de la tierra y el cosmos, cuyo programa está compuesto por la obra Yaraví, poema sinfónico, de Ramón Gutiérrez del Barrio, y la Sinfonía Nº 1 en re mayor de Gustav Mahler.
Este abono une lo terrenal y lo trascendental. Ramón Gutiérrez del Barrio, en su Yaraví, crea una obra profundamente emocional, que resalta la belleza melancólica de la música andina, con un lirismo que conmueve por su sencillez y profundidad.
En contraste, Mahler, con su Sinfonía N° 1 lleva al oyente a través de un viaje monumental, en el que la música se despliega en una búsqueda filosófica del sentido de la vida, la naturaleza y el cosmos. La sinfonía, cargada de simbolismo, nos enfrenta a las dualidades de la existencia humana con una orquestación rica y expansiva.
La entrada general es de $4.000 y está disponible en www.entradaweb.com.ar o en la boletería del teatro (Chile y Espejo, Ciudad de Mendoza)
Entrevista al maestro Luis Gorelik
Previo a la presentación el prestigioso director de orquesta repasó su paso por nuestra provincia al frente de la Orquesta Filarmónica de Mendoza, sus entrañables recuerdos, el valor de contar con una orquesta provincial y adelantó detalles de lo que será el concierto de este sábado.
- Hace 40 años, cuando le dijeron que se abría una nueva orquesta en Mendoza, concursó, ganó y fue su primer director. ¿Cómo fue esa experiencia?
- Hubo una convocatoria, sí. Yo tenía en ese momento 22 años y me ofrecieron el cargo, lo que para mí fue el inicio de mi carrera profesional. Fue un honor inmenso y compartimos en aquel momento tres años muy hermosos, tres años fundacionales, que son siempre especiales, en el cual pudimos comenzar a establecer las bases de lo que hoy es la Orquesta Filarmónica de Mendoza.
En aquel momento se llamaba Orquesta Sinfónica Provincial. Y bueno, para mí Mendoza siempre pasó a ser un segundo hogar, porque además aquí he cultivado muchas amistades, gente muy querida, entrañable y he tenido la oportunidad todos estos años, cada cierto tiempo, de volver a dirigir tanto la Filarmónica como la Orquesta Sinfónica de la Universidad, ambas. Así que, ¿qué te puedo decir? Para mí poder estar aquí 40 años después que pasaron, como diría Gardel, en un soplo, es muy movilizador.
- ¿Qué significa para un artista pararse delante de una gran orquesta y que estén siguiendo sus indicaciones. ¿Qué es lo que se siente en ese momento?
- Es un compromiso muy grande con la música en primer lugar, con la idea que uno tiene. Es lo mismo para un director de cine o de un director de teatro, que te parás frente a un grupo de artistas profesionales muy calificados y a través de ellos vas poniendo tu impronta interpretativa en la música. Es un compromiso muy grande porque, obviamente, cuando más sube la vara de la orquesta que estás dirigiendo, también más se le exige a la persona que está delante. De manera que siempre es un compromiso y así lo he entendido desde el primer día en que decidí dedicarme a esta profesión.
- Si bien la orquesta es fundamental en un concierto, también es necesario que el lugar sea adecuado, como el Teatro Independencia?
- Obvio, sí, es fundamental. Es fundamental que sea un lugar confortable, con buenas condiciones acústicas. Nosotros tocamos con acústica natural, la orquesta sinfónica no se amplifica. Que tenga buenas condiciones acústicas, buenas condiciones climáticas, en fin, todo lo necesario para estar a la altura de lo que un espectáculo sinfónico merece.
- Maestro, usted es de La Plata.
- Yo soy nacido en La Plata, hijo de entrerrianos, pero sí, nacido y criado en La Plata.
- ¿Qué costumbre mendocina le quedó en su vida después de tres años?
- Varias, sobre todo el gusto por las tortitas raspadas, por ejemplo. Bueno, ya lo sabés, es una ciudad y una tierra con un ritmo especial. O sea, cada vez que vengo, de a poquito, es como que se me va impregnando esa atmósfera, el olor, el frío del invierno seco como ahora, la belleza del otoño, el calor del verano, los distintos aromas, las acequias con el agua, muchas cosas. Para mí en aquel momento descubrir Mendoza fue una ventana que se abrió enorme en mi vida personal y en mi vida espiritual y creativa también.
- Ha estado en muchas ciudades del mundo dirigiendo orquestas, ha estado en Chile, actualmente en Entre Ríos.
- Desde hace 16 años soy director de la Orquesta de Entre Ríos, en Paraná.
- ¿Es común en muchas provincias que haya dos orquestas como en Mendoza?
- En algunas sí, no muchas, por ejemplo, en Tucumán hay dos orquestas, una de la provincia y otra de la universidad, igual que acá. En la provincia de Buenos Aires hay dos, una en Bahía Blanca y otra en La Plata, pero claro, son ciudades distintas y lejanas.
Esa pregunta que vos me hacés ahora me la hicieron hace 40 años. La ciudad realmente necesita dos orquestas. ¿Por qué dos orquestas en una ciudad como Mendoza? Fue motivo de debate eso, sin duda. Bueno, visionariamente fue acertado tener dos orquestas. Yo creo que fue acertado porque la Orquesta Filarmónica, por su carácter provincial, tiene una impronta distinta en el sentido de que ya desde el primer año, y eso fue una de las primeras medidas que tomamos, la orquesta se enfocó más hacia los departamentos de la provincia que hacia la capital. El primer concierto fue en el Teatro Independencia y el segundo fue en Lavalle; el tercero, en La Paz, después fuimos a San Rafael, a Malargüe, etcétera. Digamos que por lo menos el 50 por ciento de lo que hacíamos era en los departamentos de la provincia y eso es una impronta muy específica de un organismo provincial.
- Maestro, lo estaba escuchando mientras lo mencionaba, ¿qué tiene la Orquesta Filarmónica de Mendoza o aquella orquesta provincial que no tiene otra orquesta en el país?
Buena pregunta. Yo creo que la Orquesta Filarmónica de Mendoza, una de las actividades lindas que tiene o que ha venido teniendo a lo largo de estos años es la interacción con ciertas actividades importantísimas y únicas de esta zona. Por ejemplo, haber tocado en la Fiesta Nacional de la Vendimia, haber tocado en la Fiesta de la Cosecha, que de hecho me tocó la última vez que estuve en Mendoza. Entonces eso le ha dado una impronta de apertura hacia grandes públicos que otras orquestas probablemente no tengan, o casi seguro te diría no tienen.
- El sábado 2 de agosto, a las 21, tendrá lugar el concierto de abono número 7, ahí lo primero que va a sonar es Yaraví, el poema sinfónico de Gutiérrez del Barrio. Esa es una obra llena de significado.
- Totalmente. Para Mendoza por muchos motivos. Por lo pronto,porque fue la obra con la que se inició el concierto inaugural de la orquesta. Los hermanos Gutiérrez del Barrio, ya sabemos, fueron dos calificadísimos músicos españoles, andaluces concretamente, que se radicaron en Mendoza. Hasta hace no muchos años existía el Conservatorio Gutiérrez del Barrio en calle Mitre o en calle Perú, por ahí atrás del teatro. No sé si seguirá existiendo. Ambos hermanos eran sensacionales músicos. En el caso concreto de Ramón fue quien escribió la canción de la Vendimia, fue quien escribió un tango famosísimo que cantaba Gardel, llamado No llores más, y, además, entre muchas de sus producciones sinfónicas escribió la música para una película rodada aquí en Mendoza, en lo que eran los antiguos estudios Film Andes, de Godoy Cruz, por el director austríaco Kurt Land. Una película llamada Surcos en el mar. Fue la última película que filmó Enrique Muiño, el gran actor argentino. Te estoy hablando del año 53 o el 52, por ahí. Con ese material musical escribió este poema sinfónico titulado Yaraví. Digamos que es una obra llena de significado por todos lados.
- Se suma al concierto la espectacularidad de Mahler.
- Sí. Obviamente que para mí es probablemente uno de los autores que más frecuento, con los que me siento más cómodo y que siempre es una obra de gran compromiso, de gran dificultad y que, como vos bien mencionaste, ese adjetivo creo que es muy correcto, es espectacular en cuanto a todo lo que yo creo que recorre toda la paleta orquestal. Como el propio Mahler decía cuando escribió esta primera sinfonía "Una sinfonía bien escrita tiene que ser como el mundo, tiene que contenerlo todo", y yo creo que en esta sinfonía está todo".
La cita es este sábado, a las 21, en el Teatro Independencia ubicado en Chile y Espejo de la Ciudad de Mendoza.