Kalena, Kalú, Kamari, Kamal y Kenay, los equinos nacidos en 2024 en el Cuerpo de Montada, cumplieron su primer año de vida. Tras una etapa de cuidados intensivos junto a sus madres, comienzan ahora el destete y la socialización.
Hace un año, la Policía Montada de Mendoza vivió un hecho histórico: el nacimiento de cinco ejemplares en un solo ciclo, algo que no ocurría desde hacía más de 17 años. Aquella noticia, celebrada con entusiasmo por todo el cuerpo, marcó un hito en la historia de la división y trajo consigo una nueva generación de equinos policiales. Hoy, Kalena, Kalú, Kamari, Kamal y Kenay cumplen su primer año de vida y se preparan para una nueva etapa de crecimiento.
Los nacimientos se produjeron entre septiembre y octubre de 2024, luego de un trabajo planificado por la Sección Veterinaria de la Montada, que lleva adelante el control reproductivo y sanitario del plantel. En total, fueron tres potrillos y dos potrancas de raza Silla Argentina, reconocida por su fortaleza, docilidad y elegancia, características ideales para el trabajo policial y ceremonial que realizan los equinos de la fuerza.
Durante los primeros meses, las crías permanecieron junto a sus madres en una etapa de lactancia exclusiva, bajo observación y cuidado constante. Ahora, con un año de vida, comenzaron el proceso de destete y socialización, un momento clave en su desarrollo. En esta fase se los separa progresivamente de las yeguas y se los acostumbra a convivir entre sí y con otros ejemplares adultos del cuerpo, para favorecer su autonomía y equilibrio emocional.
El crecimiento de estos potrillos representa mucho más que una incorporación futura al plantel. En la Montada, el vínculo entre el jinete y el equino es parte esencial del trabajo diario. Cada efectivo cuenta con un equino asignado, con el que comparte rutinas, entrenamiento y largas jornadas de servicio. Esa relación, basada en la confianza y el respeto mutuo, se convierte en un lazo de compañerismo que muchas veces trasciende los años y los destinos de cada policía.
Por eso, el nacimiento de nuevos ejemplares no solo renueva la capacidad operativa del cuerpo, sino también su espíritu. Los efectivos acompañan de cerca la evolución de los potrillos y potrancas, los observan crecer, aprender y fortalecerse, con la expectativa de que en unos años se conviertan en sus futuros compañeros de trabajo.
En la Policía Montada, el proceso de formación de cada equino es largo y cuidadoso. A partir de los dos años comienzan los ejercicios de amanse racional, donde se los habitúa a los ruidos, la gente, la pirotecnia y los movimientos urbanos. Luego, a los tres años y medio, estarán listos para integrarse a las tareas de patrullaje, actos protocolares y operativos especiales.
Como dicta la tradición, los potrillos y potrancas nacidos en 2024 recibieron nombres que comienzan con la letra K, correspondiente al año de su nacimiento. Así surgieron Kalena, Kalú, Kamari, Kamal y Kenay, nombres elegidos por el equipo del cuerpo que reflejan rasgos de su carácter y mantienen viva una costumbre histórica que distingue a cada generación de caballos nacidos en la Montada.
Actualmente, la Policía Montada de Mendoza cuenta con más de 70 equinos distribuidos entre el Gran Mendoza, el Este, el Valle de Uco y el Sur provincial, y continúa siendo una de las divisiones más emblemáticas de la fuerza. Con disciplina, tradición y un profundo vínculo entre humanos y animales, el cuerpo sigue escribiendo su historia, ahora, con cinco nuevos integrantes que galoparán el futuro de la institución.