A través de un comunicado oficial del primer ministro británico Boris Johnson, pudo saberse este miércoles que el Reino Unido ya superó los 10 millones de personas vacunadas contra el coronavirus. Al mismo tiempo, el funcionario descartó cerrar completamente las fronteras como medida para mititgar la expansión de la pandemia, tal como le viene reclamando la oposición. 

La isla es el primer país europeo en sobrepasar los 3,8 millones de casos de coronavirus y las 100.000 muertes por la enfermedad. Estos números se redujeron en los últimos siete días, ya que el nivel de nuevos contagios en un 25,2% y el de muertes en un 13,4%.

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Según Johnson, esas cifras ofrecen algunos signos de "esperanza", aunque insistió en que son todavía "alarmantemente elevadas".

De hecho, el país europeo reportó este miércoles 19.202 contagios, superando los 16.840 del martes, aunque la cantidad de fallecidos descendió: 1.322 frente a los cerca de 1.450 del día anterior.

Tras informar en conferencia de prensa la cantidad de personas inmunizadas, Johnson destacó que cada vez hay más pruebas de que las vacunas logran minimizar las complicaciones "graves" y "reducir las muertes" por coronavirus en todas sus variantes.

El jefe del Gobierno británico remarcó que "estas vacunas no nos harán invulnerables", ya que "ninguna logró ofrecer el cien por cien de la protección a todo el mundo".

Reino Unido decidió retrasar la segunda dosis de la vacuna hasta doce semanas tras recibir la primera, para maximizar cuanto antes el número de personas que tienen cierta inmunidad.

Johnson descartó relajar las restricciones inmediatamente a pesar de la ligera mejora de las cifras. "Entiendo que hay gente que quiere que lo hagamos rápidamente, comprendo esa urgencia, pero lo que no quiero, ahora que estamos progresando con las vacunas, es que nos veamos forzados a retroceder; hay que ser cautos", manifestó.

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En cuanto al cierre de las fronteras de Reino Unido, como medida para mitigar la expansión de la pandemia, el primer ministro lo descartó, alegando que "no es práctico".

Johnson, que respondió así a la petición del líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, de imponer más restricciones para evitar la entrada de las mutaciones del virus a Reino Unido, aludió a la cantidad de fármacos y alimentos que el país importa.

Starmer argumentó que "el principal riesgo para el programa de vacunación es la llegada de nuevas variantes del virus, como la sudafricana", y criticó que ahora llegan a diario al país unas 21.000 personas que podrían contribuir a propagar el virus antes de aislarse en cuarentena.