Estados Unidos reabre este lunes 8 de noviembre sus fronteras terrestres y aéreas a turistas vacunados contra el coronavirus.

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La reapertura de fronteras contempla a más de 30 países, aunque las autoridades estadounidenses pretenden seguir de cerca el estado de vacunación de los turistas y continuarán exigiendo pruebas negativas de Covid-19.

Las vacunas aceptadas serán aquellas aprobadas por la Organización Mundial de Salud (OMS), es decir, las desarrolladas por AstraZeneca, Johnson & Johnson, Moderna, Pfizer/BioNTech, la india Covaxin y las chinas Sinopharm y Sinovac.

Quienes recibieron el suero ruso Sputnik V y el chino CanSino no podrán ingresar al país norteamericano, ya que estas vacunas no están reconocidas por la OMS, por la FDA estadounidense ni por la EMA eruopea.

Además, Estados Unidos exigirá el certificado de vacunación completo, realizado al menos 14 días antes del viaje, y una prueba negativa hecha como máximo 72 horas antes del vuelo, ya sea PCR o test de antígeno.

Las personas que hayan sido vacunadas con una combinación entre componentes podrán ingresar, siempre y cuando estén autorizados en el listado anterior.

Existen algunas “excepciones muy limitadas” para estos requisitos, como “participantes en ensayos clínicos de las vacunas contra el Covid-19, y los que necesitan viajar por razones de emergencia o humanitarias”. Sin embargo, a estos últimos se les exigirá una carta emitida por el Gobierno de Estados Unidos.

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En el caso de los ingresos por la ruta terrestre, las restricciones se levantarán en dos etapas.

Desde este lunes, las personas que viajan por motivos considerados no imprescindibles, como familiares o turísticos, podrán ingresar al país siempre que estén vacunadas, mientras que las que lo hagan por razones imperiosas, como los choferes de camión, estarán exentas de ese requisito.

Sin embargo, a partir de enero la obligación de vacunación se aplicará a todos los visitantes que crucen las fronteras terrestres, independientemente del motivo de su viaje.