Lo confirmó Mourao, su vicepresidente. El 1 de enero el mandatario brasileño debe entregarle el mando a Lula.
Una erupción en la piel motivó la ausencia del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien en los últimos días suspendió sus actividades públicas, cuando falta poco más de un mes para que le entregue el mando a su sucesor, Luiz Inacio Lula Da Silva.
El jefe de Estado brasileño ni siquiera viajó a Bali, donde se está desarrollando la cumbre del G-20, del que su país forma parte, y envió en su lugar al ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Franca.
Tras perder el balotaje, Bolsonaro apenas compareció una vez en público para pedirle a sus seguidores que dejen de cortar las calles y rutas, a modo de protesta por un supuesto fraude en la definición de la elección que consagró a Da Silva.
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Luego, el mandatario no volvió a mostrarse, lo que dio origen a distintas versiones, sin embargo, su vicepresidente, Hamilton Mourao, confió que Bolsonaro tiene "una herida en una pierna, una erisipela".
En declaraciones al diario O Globo, Mourao señaló que "Es una cuestión de salud. Está con una herida. No puede ponerse un pantalón, ¿Cómo va a venir acá en bermudas?", dijo Mourao, en referencia al palacio presidencial del Planalto.
Precisamente, el vicepresidente reemplazó a Bolsonaro este miércoles, durante en una ceremonia de oficialización de embajadores en Brasil; en tanto, aún no se confirmó cuando el mandatario retomará su agenda oficial.
De todas maneras, a Bolsonario ya no le quedan demasiadas actividades, habida cuenta que el 1 de enero de 2023 le entregará la banda presidencial a Lula, quien vuelve al cargo luego de trece años.