El número de víctimas fatales superaba las 37.000 personas en territorio turco y en su vecina Siria.
Más de una semana después del devastador terremoto que asoló la provincia turca de Hatay, equipos de rescate sacaron con vida a un niño de 13 años de entre los escombros después de que permaneciera unas 182 horas atrapado en un edificio derrumbado.
El adolescente se agarró a la mano de un rescatista mientras lo colocaban en una camilla, con la cabeza vendada y cubierto para abrigarlo, antes de trasladarlo a una ambulancia.
Anteriormente, una niña llamada Miray fue rescatada de un bloque de apartamentos en la ciudad de Adiyaman, en el sur de Turquía, 178 horas después del terremoto.
La cadena CNN Türk reportó que la niña tenía seis años y que los rescatistas también estaban cerca de llegar a su hermana mayor. El ministro turco de Transportes, Adil Karaismailoglu, dijo previamente que la niña tiene cuatro años.
De todos modos, este lunes se desvanecían las esperanzas de encontrar muchos más supervivientes entre los escombros. El número total de víctimas mortales en Turquía y la vecina Siria por el terremoto de magnitud 7,8 del pasado lunes superaba las 37.000 y parecía que seguiría aumentando.
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En este contexto, Turquía no permitirá una nueva afluencia de refugiados procedentes de Siria, declaró el lunes el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu.
"Las afirmaciones de que hay una nueva afluencia de refugiados de Siria a Turquía (tras el terremoto) no son ciertas. No lo permitiremos; está fuera de toda duda", dijo Cavusoglu en una conferencia de prensa en Ankara.
Cavusoglu se refería a las afirmaciones de que los sirios estaban llegando en masa a Turquía tras el sismo. La ayuda humanitaria a las zonas rebeldes de Siria se está entregando a través del paso fronterizo de Bab al Hawa y Turquía está dispuesta a abrir dos nuevos pasos fronterizos desde la provincia de Kilis tras el terremoto, dijo Cavusoglu.
"Todos estos pasos fronterizos son para ayuda humanitaria. Eso no significa que los sirios lleguen a Turquía a través de estos pasos", afirmó. "Estamos facilitando ayuda humanitaria a los sirios, pero no estamos permitiendo una nueva afluencia de refugiados sirios. Son dos cuestiones distintas", agregó.
Finalmente, excavadoras empezaron a retirar los escombros de una zona urbana de la provincia de Hatay, en el sur de Turquía, devastada por el fuerte terremoto de la semana pasada, mostraron el lunes imágenes de drones, mientras la operación para encontrar supervivientes empezaba a llegar a su fin.
Varias excavadoras hidráulicas de gran tamaño, cerca de la ciudad de Antioquía, raspaban pilas de mampostería o derribaban la parte superior de edificios de hormigón que se tambaleaban, mostraron las imágenes, con nubes de polvo que se levantaban de los escombros al caer losas de hormigón.
Trabajadores con chalecos reflectantes salpicaban la desolada extensión de lo que antes era una zona residencial, mientras unos pocos presentes observaban desde una distancia segura.
Algunos curiosos estaban sentados en sofás y sillones rotos de los edificios que quedaron abiertos por el enorme terremoto del lunes, que sacudió una franja del sur de Turquía y el noroeste de Siria.
En Siria, el jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, dijo el lunes que la fase de rescate tras el sismo estaba "llegando a su fin" y que la atención se estaba centrando en el refugio, la alimentación y la escolarización de los supervivientes.