Una mala alimentación puede afectar de forma silenciosa el funcionamiento renal. Conocé cuáles son los alimentos que más los perjudican.
Los riñones son órganos fundamentales para el equilibrio del cuerpo: filtran desechos, eliminan líquidos en exceso y regulan funciones vitales como la presión arterial. Sin embargo, algunos alimentos de consumo diario puede generar un daño severo en su funcionamiento, especialmente si se consumen en exceso o en el contexto de enfermedades como la diabetes, hipertensión u obesidad.
Según expertos en salud renal, tres grupos de alimentos pueden perjudicar a los riñones si no se consumen con moderación. El médico nefrólogo Gabriel Lapman, autor del libro "Más zapatillas, menos pastillas", destaca que la enfermedad renal crónica rara vez aparece sola: suele ser consecuencia de otras patologías relacionadas con malos hábitos alimentarios.
Aunque resultan prácticas, las comidas congeladas suelen tener un alto contenido de sodio y conservantes, dos factores que afectan directamente la salud renal. Según la Fundación Nacional del Riñón, muchas de estas comidas contienen más de 1.000 miligramos de sodio por porción, cuando lo recomendado para personas con riesgo renal es de 1.500 mg diarios.
La médica especialista en trasplante renal, Laura Arentz, advierte que algunos fabricantes reemplazan la sal por cloruro de potasio, lo cual también puede ser perjudicial para personas con problemas renales. Por eso, se recomienda leer las etiquetas y optar por versiones con bajo contenido de sodio o preparaciones caseras con ingredientes naturales.
Las bebidas carbonatadas contienen fósforo artificial, un aditivo que puede acumularse en el organismo y dañar progresivamente los riñones, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos. Además, aportan grandes cantidades de sodio y azúcares, lo cual puede desestabilizar la presión arterial y favorecer el deterioro renal en personas con enfermedades preexistentes.
Un estudio titulado "La ingesta dietética de fósforo y el riñón" demostró que el fósforo en exceso se asocia a mayor riesgo de daño renal, especialmente cuando proviene de fuentes artificiales como las que se encuentran en gaseosas y productos industrializados.
Aunque es una fuente clave de proteína, el exceso de carne roja o proteína animal puede ser perjudicial para los riñones. "Produce un alto nivel de ácido en la sangre, que los riñones deben trabajar intensamente para eliminar", explicó el Dr. Lapman. Esta sobrecarga puede acelerar el desgaste renal.
Una investigación publicada en la revista Nutrients destaca que una dieta moderada en proteínas puede prevenir complicaciones en personas con enfermedad renal crónica, como la acidosis metabólica, un desequilibrio que ocurre cuando los riñones ya no pueden mantener el pH normal de la sangre.