Con su arquitectura destacada y su ubicación céntrica, la Catedral San Rafael Arcángel se presenta como una parada obligatoria para quienes exploran el sur mendocino.
Mientras Mendoza se viste de frío, miles de turistas internos buscan planes para disfrutar de la provincia sin alejarse demasiado de su esencia. En ese contexto, un destino que combina historia, arquitectura y fe emerge como una opción ideal para una escapada de fin de semana: la imponente Catedral San Rafael Arcángel. Ubicada en el sur provincial, este templo no solo es un punto de referencia religioso, sino también un atractivo turístico que pocos conocen en profundidad.
La majestuosa catedral se alza en el corazón de la ciudad de San Rafael, en la intersección de las calles Doctor Carlos Pellegrini y Manuel Belgrano. Para quienes se aventuran desde la Ciudad de Mendoza, el viaje es una experiencia accesible, ya que se encuentra a unos 235 kilómetros, lo que se traduce en un trayecto de aproximadamente dos horas y 54 minutos en auto. Una distancia perfecta para una excursión de un día o un fin de semana.
Según se desprende de su rica historia, la construcción de este imponente edificio comenzó en 1935, impulsada por la necesidad de una estructura religiosa que estuviera a la altura del crecimiento demográfico de la zona. Tras años de arduo trabajo, la catedral fue finalmente inaugurada en 1952, convirtiéndose en un testimonio vivo del desarrollo y la fe de la comunidad local a lo largo de las décadas.
Con su arquitectura destacada y su ubicación céntrica, la Catedral San Rafael Arcángel se presenta como una parada obligatoria para quienes exploran el sur mendocino. Un lugar que invita a la reflexión, pero también a admirar la belleza de su construcción y a conocer una parte fundamental de la identidad sanrafaelina. Es, sin dudas, un plan ideal para quienes buscan redescubrir la provincia en estos días de invierno.