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La historia del mendocino que vive en Estados Unidos y sobrevivió al coronavirus

Carlos Contreras vive en Nueva York hace casi 20 años. En abril, pasó tres semanas internado en un hospital y ahora está en proceso de recuperación. Conocé la historia en primera persona.

Viernes, 12 de Junio de 2020

Estados Unidos es uno de los países más afectados por la pandemia de coronavirus COVID-19. La cifra de personas que contrajeron el virus supera los dos millones y en algunos estados ya se está hablando de una segunda ola de contagios, debido a la apertura de actividades económicas dentro del marco de “flexibilización de la cuarentena”. Pese a que es común en tiempos de información vertiginosa, que solo hablemos de números e índices de contagio, cada uno de quienes pertenecen a estas estadísticas, tiene una historia y un proceso diferente, lo que nos lleva a pensar en cómo transcurren los días aquellos quienes contraen el virus, pensando en su entorno familiar, su situación laboral, y el país de residencia.

Carlos Contreras, es un mendocino que vive hace 20 años en Queens, Nueva York. Está en pleno proceso de recuperación, en su casa, después de pasar tres semanas internado, ya que tuvo COVID-19. El diagnóstico llegó luego de un desmayo en su hogar, cuando fue llevado en ambulancia a un hospital en donde estuvo unas horas con asistencia de oxígeno. Sin embargo al otro día le dieron el alta y lo dejaron ir a su casa, sin diagnostico o información sobre lo que le había pasado. A los dos días volvió a tener el mismo episodio, y en esa instancia decidieron internarlo. Afortunadamente no requirió asistencia respiratoria mecánica pero sí una máscara de oxígeno. 

“Estuve muy cerca de que me entubaran, pero por suerte no debieron hacerlo. Tuve una atención muy buena por parte de los médicos y especialmente de los enfermeros que me asistieron durante las casi tres semanas que estuve internado. Tuve la bendición de caer en un hospital privado, y estuve en un cuarto muy grande, que compartía sólo con tres personas. Si bien la atención es distinta a Argentina, porque son un poco más atentos o amistosos, acá es bastante poca charla, y son mas fríos, pero fueron súper amables”, contó Carlos en Aurora 91.3 

Una vez terminado el tratamiento, Carlos podía volver a su casa, sin embargo, en una entrevista con la médica que llevaba su caso, no pudo responder algunas preguntas y eso modificó los planes a último momento. “Estaba muy desorientado, y eso es parte del proceso de la enfermedad, quedas muy perdido. Así es que tuve que quedarme dos días más. De todos modos no ataca a todos los organismos de la misma manera, algunos lo transitan como una gripe común y otros un poco más grave. En un momento tuve mucho miedo porque a uno de mis compañeros de sala vino un sacerdote a hacerle la Extremaunción y a las horas falleció. Después se acercó a mí a hacerme unas preguntas y me dio tanto miedo que tuvieron que colocarme nuevamente la máscara de oxígeno, pero por suerte me recuperé”, comentó el mendocino.  

Carlos todavía no consigue trabajo, y ya pasó un mes desde que se recuperó. Esto se debe, según cuenta él, a que las personas tienen temor de que los trabajadores ingresen a sus casas. Carlos es pintor de obra, y su desempeño laboral exige el ingreso a las locaciones. “Yo estuve llamando a compañías con las cuales he trabajado. Hay trabajos para realizar, pero la gente tiene miedo de que entremos a sus casas. No importa lo profesional que seas, la gente prefiere esperar porque estamos con pánico todavía”. 


La distancia con la familia se achica con los beneficios de internet y llamadas telefónicas. De esa manera, Carlos pudo está cerca de sus hijos, de sus nietos y de sus amigos: “Estoy en permanente contacto. Uno ahora toma más valor, te dan ganas de decir cuánto los amas y extrañas. Yo llegué aquí con la meta de poder mantenerlos a ellos lo mejor posible y hacer cualquier sacrificio. Son cosas que te pasan en la vida, y hay que asimilarlas y seguir”.

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